El diagnóstico se realiza en la mayoría de los hospitales de la provincia, mediante un estudio de laboratorio.

El Programa de Control de Tuberculosis y Lepra del Ministerio de Salud de Entre Ríos realiza tareas de prevención, tratamiento y seguimiento de los pacientes, como así también la búsqueda de contactos de cada caso reportado.

En principio, cabe señalar que la tuberculosis es una enfermedad infectocontagiosa de tipo bacteriano, que generalmente se presenta como tuberculosis pulmonar, pero puede ser sistémica y afectar varios órganos.

Si bien existe un tratamiento específico y la enfermedad tiene cura, es importante tener presente que no genera inmunidad y la misma persona puede tener tuberculosis muchas veces en su vida. Además, aun teniendo cura, si no se la trata a tiempo, puede producir un daño permanente en el pulmón o en otros órganos que pueda haber afectado.

La responsable del Departamento de Prevención y Control de Enfermedades Transmisibles, dependiente de la Dirección General de Epidemiología, Cecilia Muñoz, precisó que la enfermedad afecta a todos los grupos etarios sin distinción, si bien hay ciertos colectivos más susceptibles al contagio por tuberculosis. Estos son: personas que viven en condiciones de hacinamiento, individuos recluidos en las cárceles, pacientes que conviven con VIH y están sin tratamiento, y las personas que presentan daño estructural en los pulmones.

“El síntoma más característico es la tos por más de 15 días con producción de expectoración (lo más común es que sea moco, pero también se puede presentar tos con expectoración de sangre)”, indicó la profesional. Usualmente, al tratarse de una enfermedad que no da síntomas agudos, se gesta durante un tiempo y cuando el paciente finalmente consulta a un profesional refiere que lleva uno, dos o tres meses de sintomatología como fiebre, pérdida de peso, tos con expectoración o falta de aire.

Si el cuadro evoluciona puede presentar múltiples manifestaciones, dependiendo del órgano afectado, como dolor de cabeza o alteración de la conciencia (al causar meningitis) o dolor lumbar (si se trata de una tuberculosis ósea).

En cuanto a la transmisión, la misma se da de persona a persona, pero no se produce en contactos esporádicos. “La persona que tose transmite la enfermedad pero, para que se produzca el contagio, el otro individuo tiene que pasar más de seis horas al día con la persona positiva, durante más de cinco días a la semana”, señaló la referente.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se realiza mediante un estudio de laboratorio (cultivo) o baciloscopía (examen microscópico directo del esputo). También se puede diagnosticar con una biopsia, donde se observan los cambios característicos o alteraciones, sumada a la evaluación clínica.

En Entre Ríos la mayoría de los hospitales realizan baciloscopías; mientras que el cultivo se lleva a cabo en los establecimientos que atienden la mayor complejidad.

Esta enfermedad se inscribe dentro de lo que, en epidemiología, son denominados eventos de notificación obligatoria, lo cual implica que todo caso con presunción de tuberculosis debe ser reportado. De este modo, ante el registro del evento se informa al Programa Provincial de Tuberculosis y Lepra, el cual toma acciones tanto para las medidas de prevención como para las búsquedas de contactos, el tratamiento y el seguimiento de los pacientes.

En cuanto a los datos estadísticos, en 2023 se confirmaron 278 casos en Entre Ríos.

Asimismo, por ley, el programa es el responsable de proveer la medicación a todos los pacientes entrerrianos, incluso a aquellos que tienen obra social.

En este sentido, el infectólogo Francisco Astudilla, integrante del Departamento de Control de Enfermedades Transmisibles, destacó: “Es importante recalcar que, a diferencia de otros eventos, la tuberculosis tiene tratamiento específico y se cura”.

Astudilla brindó precisiones sobre cómo se procede: “El tratamiento es largo, se administran antibióticos específicos por seis meses y durante los seis meses posteriores se deben realizar controles de laboratorio (para controlar la función renal y de baciloscopia con las que se estudia si la persona sigue siendo transmisora”.

Y añadió: “Mientras la persona siga transmitiendo la enfermedad debe convivir con barbijo y se deben ventilar los ambientes del hogar. También estudiamos sus contactos, principalmente para identificar casos de tuberculosis enmascarada o latente, ya que requiere una profilaxia especial”.

Finalmente, en relación a la profilaxis, el especialista recordó que la vacuna BCG, que se coloca a los recién nacidos, está incluida en el Calendario Nacional de Vacunación. La misma no evita contraer la enfermedad, sino que reduce el riesgo de morirse por tuberculosis.
Salud
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