Este año, el texto trató de ser equilibrado y evitar inclinar la balanza en un sentido político, aunque cuestionó con dureza la posición “de la derecha” a quien se identificó como una amenaza latente sobre los derechos identitarios. A eso de las 18:30, una columna nutrida que alcanzó una dos cuadras comenzó a avanzar por la avenida Morrogh Bernard detrás de una bandera que permitía leer “Libertad son más derechos”. A pocos pasos integrantes de la comunidad LGBTIQ+ se encolumnaron con carteles y banderas y mucho brillo.
La movilización -que este año convocó menor cantidad de personas que en las dos ediciones previas- siguió su andar por la zona portuaria donde se lucieron las bengalas para sumar color, el “desfile” de algunos looks impresionantes y la batucada de Enredada Feminista Gualeguaychú-Pueblo Belgrano.
Con orden y tranquilidad, el avance llegó al ingreso de la Costanera Sur y allí convergió -sin rivalidad- con el desfile tradicionalista a caballo. Al ritmo de los bombos caminaron las tres cuadras restantes hacia el anfiteatro. No faltaron los mates, los abrazos, más fotos, sonrisas y algunos cánticos contra la derecha.
Luego del documento Fuegor condujo el festival musical de artistas y djs locales que recibieron el aplauso desde las gradas del anfiteatro.
Así pasó la tercera Marcha del Orgullo con la firme intención de erigirse con una tradición de cada noviembre.