“Este tipo de fiestas sirven para encontrarse, reunirse, celebrar y seguir creciendo como comunidad. Para los artistas es una buena excusa para seguir conociendo lugares, sus culturas.
"La gente necesita alimentarse, vestirse, cuidar su salud antes de pagar una entrada para ver a un artista. Pero son momentos. Hace veinte años que recorro el país y las marchas y contramarchas han sido constantes".
"Lo nuestro fue un golpe de suerte. Soñábamos con llegar a Cosquín pero todo sucedió de repente. Creo que no estábamos preparados para una carrera artística".
"No sé qué pasa, no sé a qué se debe. La verdad, me gustaría saberlo para estar más tranquila. Lo que sí intento transmitirle a la gente es mi compromiso con el espectáculo".
"El vals a Gualeguaychú era diferente a los que yo había grabado. Me gustó la melodía, pero sobre todo, el amor con que la persona que me enseñó esta canción hablaba de su ciudad”.