El Director del nosocomio, Dr. Hugo Gorla, junto con integrantes del gremio ATE, personal de Enfermería e hijos de Rosalía Figueredo descubrieron una placa alusiva a su paso por el Hospital, entre 1940 y 1965, donde fue Delegada sindical; Enfermera solidaria y una militante comprometida con la justicia social.

Rosalía nació el 1 de enero de 1927, en Gualeguaychú, en una familia compuesta de seis hermanos y un padre que se dedicaba a realizar tareas de perforaciones para montar bombas y molinos. No terminó sus estudios, apenas llegó a cumplimentar el tercer grado porque había que ayudar en la casa a su madre en el cuidado de sus hermanos.

En 1940, a sus 18 años, ingresó a trabajar en el Hospital Centenario como Enfermera y, en 1965, solicitó el traslado al Hospital Fermín Salaberry, de Victoria.

"Mi madre fue una persona que ayudo mucho a la gente cuando cumplía la función de Enfermera del hospital. Llegó a ser delegada electa por ATE y siempre peleo por lo más humildes", cuenta su hijo Oscar Méndez en el tercer tomo de la Historia de ATE sobre "Los trabajadores del Estado en tiempos de Perón", que publicó el Historiador Daniel Parcero.

Rosalía salía de madrugada a poner inyecciones en el barrio del Cementerio, de Victoria, o ayudaba en una Guardería, colaboraba con la Capilla Cristo Obrero y el club Gimnasia y Esgrima del mismo barrio.
Asimismo, participaba en política apegada a las banderas de Eva Duarte y Juan Perón, junto al dirigente Juan Carlos Stratta.

De persecuciones y lucha

Transcurría 1955 cuando el segundo mandato del Presidente Juan Perón fue interrumpido por un golpe de Estado y remueven al entonces Director del Hospital Centenario. Quien lo sustituye, mandó a perseguir a todas las delegadas de ATE y, en particular, a Rosalía se le encomienda limpiar el sótano y la morgue.

Eso significó una degradación y humillación en las condiciones laborales y humanas para quienes militaban en derecho de sus condiciones de trabajo, al menos, "durante un año y medio hasta que cambió nuevamente el Director", sostiene Oscar.

Pero recuerda que su madre decía que "a ella nadie le torcería el brazo y seguía luchando desde su lugar, aunque no cesara el hostigamiento a su persona".
Años después, mientras mantenía activa la búsqueda de su primer hijo Luis -que su ex pareja se lo llevó a vivir a Buenos Aires-, entabló una relación con Oscar Méndez, un obrero de Victoria, a dónde Rosalía pide su traslado en 1965.

Allí nacería se segundo hijo y luego otra hija que también se inclinó por lo social, pero desde la docencia.

Rosalía Figueredo volvió a reencontrarse con su primer hijo en 1987 y falleció el 2 de junio de 1999, a sus 72 años, en Victoria, con un gran reconocimiento popular por su extensa trayectoria en brindarse por los más vulnerables.

Ahora, una plaqueta en el ingreso al Hospital Centenario recordará su compromiso y entrega cotidiana por la salud de la población de Gualeguaychú.-
Homenaje
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