Olvidó las dudas nacidas al comienzo de esta campaña, este torneo. Los hombres de Didier Deschamps escribieron una nueva página en la historia del fútbol francés, demostrando fortaleza en sus últimos dos juegos, contra Uruguay y Bélgica, y dejadando su huella en esta final por su realismo.
A pesar de un complejo comienzó con muchas pelotas perdidas con la calidad de los centrales croatas, los franceses abrieron el marcador en un tiro libre Griezmann a pesar de que el portero Mandzukic se expandió en su arco. Fue el 1-0, a los 18 minutos.
Los croatas no dudaron mucho tiempo en ir a buscar el partido y, en otro tiro libre, mal despejado por los Blues, Perisic logró igualar con un tiro perfecto. Era el 1-1, a los 28 minutos.
Luego vino la entrada del VAR. Ayudó al árbitro argentino Néstor Pitana a pitar un penal a favor de los franceses, por una mano de Perisic. Griezmann lo transformó en gol. Era el 2-1, a los 38 del primer tiempo.
Lloris, un error sin importancia
Sin embargo, el equipo sabía que el cuadro croata eran peligrosa y así se mostró en una volea de Rebic, una cabeza junto al palo tras un tiro de esquina u otra Rebic sorprendiedo a Lloris.Un punto de inflexión para Francia fue el segundo tiempo, en el que aceleró bien y despegó. Por primera vez por Pogba, autor de un tiro perfecto de 25 metros para poner el 3-1. Era el minuto 59.
A continuación, a través de Mbappé, también un anotador que no perdona la diferencia se elevó. Era el 4-1, en el minuto 65.
Olvidaremos el grave error del arquero Lloris, que condujo a la reducción del puntaje croata firmado por Mandzukic. Era el 4-2, en el minuto 69.
Los tricolores se han mantenido hasta el final manejando el juego con precaución, esperando el eufórico silbido final. Los 23 Blues se han merecido celebrar esta inolvidable coronación.
