“De esta manera, se abona y consolida paso a paso, día a día, con el aporte de todos y todas a este sistema con el que nos expresamos libremente para elegir a quienes nos representan. Hoy, entonces, es un día muy especial para reflexionar sobre soberanía, independencia y autonomía, como valores esenciales de lo que se valen los pueblos para poder desarrollarse integralmente como comunidades” agregó.
“Solemos pensar en las instituciones, las reglas y los derechos como cosas naturales, que están ahí, consumadas definitivamente para ser usadas o para ser reclamadas. Papeles, edificios, leyes. Pero cómo surgió el derecho a la educación, a la salud o a tener un techo digno. ¿A partir de qué acontecimientos creemos que la democracia debe ser defendida y fortalecida por todos? ¿Cómo se genera nuestra idea de libertad? El día a día nos lleva a naturalizarla, a formalizarlas como normas o como valores” destacó.
Más adelante, Piaggio dijo que “están ahí los edificios, artículos, calendarios electorales, proporciones y procedimientos. Y entonces la soberanía, por ejemplo, se nos presenta como legado mágico de próceres, sobre humanas personas, dotadas de destinos ineludibles sin tiempos ni espacios, sin pasiones. O la Independencia como otra simple fecha patria, un acto, un canto frente a la bandera. Así también la democracia se nos aparece como una forma, como simple regla de un esquema de pasos administrativos y elecciones. Valores, derechos, conquistas, se presentan y hoy se hacen fósiles” .
“¿Pero estamos entonces condenados a ver solo ese aspecto de las cosas? De ninguna manera, porque si acudimos a la reflexión, si nos damos el tiempo de indagar podremos ver aflorar rápidamente los rastros del devenir histórico al calor de las batallas, de las disputas, de los avances y retrocesos, de necesidades y de azares” destacó.
“Los próceres pronto se transforman en sujetos, con pasiones, con ideas, con voluntad, con contradicciones, pero sobre todo con acciones. Aquellos destinos ineludibles se transforman en senderos inciertos y trabajosos, verdaderas apuestas al porvenir. Los valores inclaudicables de soberanía, independencia y democracia, y de lo que de ellas entendemos en el presente, vemos que son resultado de luchas, del esfuerzo, de la esperanza ferviente de los pueblos” dijo.
“Debemos explicar y explicitar en los conflictos los consensos y las divergencias, Y sobre todo debemos correr de la sociedad la fosilización de los valores, de las ideas de nuestros derechos. Recuperamos el elemento irruptivo y popular de la soberanía, de la independencia y de la democracia, como irrupciones de disenso, como conquistas populares, como resultado de proyectos vivos que soñamos para una Patria digna. Para darles verdadero sentido, ahora, en el presente, para salvarlos de aquella historia, para hacerlos realidad” concluyó.
