El informe que difundió el gremio expone los resultados correspondientes a la encuesta sobre condiciones de estudio y aprendizaje de estudiantes de escuelas secundarias de la provincia de Entre Ríos en el contexto del aislamiento social, preventivo y obligatorio.

La misma fue llevada a cabo durante la primera mitad del mes de junio de 2020 y constituye el tercero de una serie de relevamientos similares a nivel provincial.

A diferencia de las dos encuestas anteriores, las cuales estuvieron dirigidas a docentes y versaron fundamentalmente sobre sus condiciones de trabajo, en esta oportunidad el gremio se centró en los diversos modos en que las clases no presenciales durante la cuarentena han impactado sobre la población estudiantil, específicamente del Nivel Secundario, teniendo en cuenta aspectos referidos tanto al vínculo pedagógico como a las condiciones materiales de subsistencia.

El trabajo estuvo a cargo de un equipo del Instituto de Investigaciones y Estadísticas de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (IIE-AGMER), que viene dando continuidad a estudios políticamente definidos por la Comisión Directiva Central del sindicato y solicitados por su secretario general, Marcelo Pagani. Se asume así, una vez más, la responsabilidad y el desafío de generar datos rigurosos acerca de lo que está pasando con miles de estudiantes a lo largo y ancho de la provincia.
Los números
En cuanto las escuelas secundarias en las que cursan las/os estudiantes que participaron de la encuesta, en la mayoría de los casos se trata de establecimientos estatales (94 por ciento), mientras que el resto corresponde a establecimientos de gestión privada (6 por ciento).

Por otro lado, aproximadamente tres cuartas partes de las respuestas (74 por ciento) provienen de escuelas urbanas, mientras que el resto (26 por ciento) son de escuelas del ámbito rural. Uno de los aspectos centrales del sostenimiento del vínculo pedagógico durante esta etapa de aislamiento social, preventivo y obligatorio ha sido el contacto entre las escuelas y sus estudiantes

Con relación a esto, un 32 por ciento señaló que no hubo consultas al comienzo sobre las posibles formas de comunicación no presencial, mientras que el 68 por ciento restante indicó que recibió algún tipo de contacto para coordinar dicho intercambio.

Con relación a los medios empleados para entablar el contacto con la escuela, los servicios de mensajería (básicamente la aplicación WhatsApp) aparecen como la opción más recurrente (93 por ciento). Por su parte, en una proporción menor se observa el uso del correo electrónico (60 por ciento).

Le siguen con valores menos significativos las redes sociales (como Facebook) y las videoconferencias (Zoom, Google Meet, etc.), con 21 y 16 por ciento respectivamente. Las llamadas telefónicas y la comunicación por radio tienen escasa cantidad de respuestas y se concentran en zonas rurales.

Junto con la irrupción de las videoconferencias, otra de las novedades de este escenario de no presencialidad ha sido la masificación de las plataformas educativas virtuales, hasta ahora reservadas casi exclusivamente al Nivel Superior. Más de la mitad (55 por ciento) de las/os estudiantes que participaron de la encuesta indicó estar empleando este tipo de plataformas en alguna materia.

Otro de los aspectos analizados tiene que ver con los elementos empleados para realizar desde el hogar las actividades escolares. Aquí podemos ver que las respuestas más recurrentes son el uso de papel y lápiz o lapicera (73 por ciento) y del teléfono celular o tablet (72 por ciento). El uso de computadora portátil (netbook o notebook) o de escritorio disminuyen de forma considerable (30 y 25 por ciento respectivamente).

En cuanto al trabajo con material escolar impreso, formato pensado con el propósito de atenuar la problemática de la falta de conectividad o la ausencia de dispositivos informáticos en el hogar, observamos que un 15% indicó haberlo recibido.

Respecto del tipo de material impreso recibido, en la mayoría de los casos (61 por ciento) se trató de cuadernillos elaborados por el equipo de conducción y/o docentes del propio establecimiento educativo, mientras que en el resto (46 por ciento) fueron los cuadernillos del Ministerio de Educación de la Nación (elaborados en el marco del Programa “Seguimos Educando”).

No obstante, al discriminar las respuestas según la ubicación del establecimiento se observa que la entrega de los cuadernillos del Ministerio refleja valores más elevados en el ámbito rural (62 por ciento).
Exámenes
El tipo de actividades propuestas por las/os docentes incluyó trabajos prácticos (83 por ciento), desarrollo de temas nuevos (74 por ciento), repaso de temas ya dados (53 por ciento), presentación del curso o la materia (18 por ciento) y exámenes (4 por ciento).

Estos datos nos llevan a identificar dos cuestiones que generan cierto nivel de preocupación, sobre todo si se tienen en cuenta las circunstancias excepcionales de la cuarentena. Por un lado, que el porcentaje correspondiente a trabajos prácticos es mayor al de desarrollo o repaso de temas, lo cual invita a pensar la dinámica hacia el interior de los procesos pedagógicos. Por otro lado, aunque con una proporción mucho más baja, llama también la atención la presencia de exámenes en esta etapa.

A lo ya señalado en el párrafo anterior –con relación a los trabajos prácticos y exámenes– se debe agregar que en más de la mitad de los casos (61 por ciento) las/os estudiantes afirman haber tenido actividades con calificación, es decir, donde se indicó que las mismas estaban aprobadas o desaprobadas.

“Nuevamente, esto conlleva cierta complejidad y merece un análisis más cuidadoso cuando se piensa en el escenario atípico que supone el aislamiento social, preventivo y obligatorio”, afirmaron desde Agmer al tiempo que recordaron que “el propio CGE desaconsejó el uso de los mecanismos tradicionales de acreditación en esta etapa”.

“En otro segmento de análisis, observamos que sólo en un 27 por ciento de los casos se planteó la posibilidad de realizar trabajos grupales o con una lógica colaborativa, lo cual supondría una alternativa para sostener el vínculo de cada estudiante con sus compañeras/os en el contexto del aislamiento, a la vez que permite formas de interacción que pueden influir de manera favorable sobre las estrategias de estudio y la dinámica del aprendizaje”, se indicó en el informe elaborado por Agmer.
Conectividad y dispositivos
Casi la totalidad de las/os estudiantes (99 por ciento) utiliza el teléfono celular, siendo la mayor parte de uso exclusivo (89 por ciento), en tanto que en el resto de los casos el mismo es de algún familiar mayor (8 por ciento), generalmente el padre o la madre, o bien lo comparten con sus hermanas/os (3 por ciento).

“En cuanto a otros dispositivos informáticos o electrónicos disponibles en la vivienda, centrándonos aquí solamente en aquellos que suponen algún uso posible con fines educativos durante la cuarentena, vemos que en poco más de la mitad de los casos (53 por ciento) hay televisores, mientras que la presencia de computadoras portátiles (netbook o notebook) o de escritorio reflejan valores bastante menores (28 por ciento y 25 por ciento respectivamente)”, se indicó en el informe.

“A su vez, cuando nos centramos en las computadoras portátiles podemos advertir que solamente una cuarta parte de las/os estudiantes dispone de netbook provista por el Estado (es decir, perteneciente al Programa “Conectar Igualdad”). Se torna innegable aquí destacar la importancia que dicho programa tuvo para el acceso a la conectividad digital de las capas más postergadas de la población, a la vez que abre la posibilidad a diversas conjeturas sobre los efectos de su desmantelamiento a partir del año 2016”, se agregó luego.

“A través de la encuesta observamos que el acceso a internet se encuentra disponible en un 84 por ciento de las viviendas (cabe aclarar que esta respuesta no incluye el uso de datos móviles del teléfono celular y que fue imprescindible contar al menos con dicha conectividad para poder participar del estudio). Dentro de este subconjunto hay un 50 por ciento que cuenta con conexión regular (funciona lento o con interrupciones) y un 46 por ciento que posee una buena conexión (funciona sin problemas), restando un 4 por ciento de casos en los que la misma es mala (es decir que no funciona la mayor parte del tiempo)”, se señaló.
Fuente: APFDigital
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