Y tuvieron el eco que merecen: una platea colmada, con gente en los palcos también, fue testigo (y partícipe) de un gran concierto.
EMPECEMOS POR RODOLFO MEDEROS
Mederos se presentó, solita su alma, luego de la primera mitad de la presentación del conjunto que dirige Monono (su apodo desde gurí) Villanueva Hermann.Luego de sentidas y profundas palabras, Mederos demostró su dominio del instrumento al que le ha dedicado su vida. En realidad, aunque él no lo recuerde, esta es su segunda actuación en el Teatro de la ciudad; la anterior fue en la prepandemia, ocasión en la que cerró su concierto interpretando “Los mareados”.
El sábado arranco con una sentida versión de “Nunca tuvo novio”, luego con la honda tristeza de “Adiós Nonino”, y terminó con las nostálgicas notas de “Sur”.
A continuación, anunció que tocaría una “travesura” a la que invitó a participar a Monono. Juntos hicieron una gran versión de “El motivo”, pletórica de riqueza armónica y de la conjunción –siempre difícil- de sólo dos bandoneones.
Y LA ORQUESTA
En la primera parte de la noche, la Orquesta versionó una docena de temas, casi todos célebres, merecidamente.Arrancó con “Melancólico”, una de las obras cumbres de Julián Plaza, y siguió con diez temas, de los que queremos recordar especialmente “Pasional”, la maravillosa milonga de Julián Plaza “Nocturna”, el valsecito “El aeroplano”, que permitió el lucimiento como solista del guitarrista Agustín Urbacain, y “Desencuentro”, donde mostró su calidad de gran cantor Nelson Ibarra.
Y luego de su labor como solista, Mederos se integró a la orquesta, obviamente como primer bandoneón, interpretando dos temas con arreglos de Mederos y dos de autoría y arreglos de Monono. Y acá debo destacar la participación de Ibarra como protagonista de “Te llaman Malevo”.
Se escucharon (ya lo dije) dos temas de Monono Villanueva: esta vez me gustó mucho “Alegría en la tristeza”, una especie de tango milonga (o tango con fracción de milonga) que mostraba a las claras la alegría en la tristeza.
Y luego “Barquito criollo”, con letra y música de Monono VH. Digno prolegómeno para el fin del programa con “La yumba”, según la insuperable versión de su compositor, Osvaldo Pugliese; cierre del programa pero no final de la actuación, porque la insistencia de los aplausos y los “Otra” casi que obligó al conjunto a hacer dos bises, cerrando con lo que creo que era un tema de Mederos.
UNA ORQUESTA CADA VEZ MÁS AFIATADA
Notamos en la Oriyera una orquesta que, aunque renueve sus integrantes, se va afiatando cada vez; en esta ocasión, el excelente sonido de la gente del Teatro permitió apreciar mejor aún los caracteres musicales de la orquesta.Se observa el predominio de la fila de bandoneones que lidera el propio Monono y el trío violinista que encabeza Nicolás Arguello, como partícipes principales; la base rítmica de un bajo impecable, a cargo de Javier Arteaga; el ya mencionado valioso aporte del Vasco Urbacain en la guitarra; la jerarquía del cantorazo que es Nelson Ibarra; y el aporte de la recién incorporada pianista Eugenia Guzmán, que seguro se hará notar con el paso de los ensayos y las presentaciones.
En suma: otra demostración de calidad de la orquesta Oriyera, y de nuestro coterráneo que nos honra con su solvencia musical: Ezequiel Villanueva Hermann, desde ahora Monono, para todos los gualeguaychuenses.