Los días 7 y 8 de abril nuestro satélite natural se verá aproximadamente un 7% más grande que el de una Luna llena de tamaño promedio y estará 15% más brillante.
Según científicos de la NASA, este fenómeno ocurre cuando el satélite se acerca a la Tierra en un 10% o más, de lo que generalmente lo hace. Este año ocurrirán otros dos eventos similares, pero que a diferencia de esta oportunidad, no serán visibles.
Se trata de la primera Luna llena del equinoccio de primavera en el hemisferio norte, o de otoño en el hemisferio sur. Será la única del mes y, cuenta con un trasfondo de tradición: para la astronomía antigua marcaba el inicio de la celebración de Pascua.
La primera “superluna” de este año ocurrió a inicios de marzo. Las siguientes que podrán apreciarse ocurrirán entre el 5 y 6 de mayo, aunque no se cree que se pueda vislumbrar con tanta claridad como la actual.
Aunque la realidad es que la Luna no cambia al color rosa, lo que sí hace es aumentar en gran magnitud su brillo, en un 15% más. Su nombre se lo pusieron los nativos americanos, debido a que este fenómeno ocurre en la primavera, una época de muchas flores flox en los Estados Unidos, que tienen estas tonalidades de colores.
“En el hemisferio norte, la luna llena en abril se llama Pink Moon (luna rosada), un nombre que proviene del musgo rosa, conocido también como flox de tierra silvestre, que en el este de los Estados Unidos es una de las primeras flores que germinan en primavera”, especificó la NASA en su sitio web.
Por su tamaño y características, se podrá observar, a simple vista, desde cualquier lugar del mundo.