Aunque el gobierno nacional avance con medidas –sin el acuerdo con el agro-, como la baja de retenciones durante tres meses para acelerar la venta de soja antes de fin de año para que lleguen divisas al país, el sector agropecuario necesita “recuperar la confianza, y tener la seguridad de que la oferta que le realicen sea clara, precisa y creíble”, afirmó a AIM el presidente de la Cooperativa Agrícola, Ganadera y de Servicios Públicos de Aranguren (Coopar), Felipe Pablo Berruhet. “La necesidad de dólares hace anunciar al gobierno medidas poco creíbles para seducir al campo”.

Tras conocerse que el gobierno el Gobierno trabaja en un paquete de medidas tendientes a aflojar las tensiones cambiarias que permanecieron aún con las mayores restricciones a la compra de divisas, y que una de las medidas en estudio tiene que ver con los derechos de exportación al campo, que podrían bajar de forma temporaria para impulsar a los productores a vender y generar mayor oferta de divisas entre octubre y diciembre, el dirigente cooperativista dijo a esta Agencia que “es indudable que la necesidad de dólares que tiene el gobierno, lo hace anunciar medidas poco creíbles para seducir al campo”.

En rigor, lo que analiza el gabinete económico es que, si se redujeran por un tiempo algunos puntos estos derechos, los productores venderían porque necesitan fondearse para la próxima campaña. Pero estos anuncios no motivan para nada a los agropecuarios. “Es cierto que existe una cierta cantidad de toneladas de soja disponible entre los productores, pero hay que diferenciar. ¿Cómo se divide la tierra por zonas? Por ejemplo, está la zona núcleo, la más rica; las zonas marginales y las periurbanas y, dentro de cada una de ellas, sus actores: grandes, medianos, pequeños y micro productores, cada uno de ellos con realidades completamente diferentes. Entonces, aquí debemos hablar de la segmentación, porque por supuesto que hay productores que deben tener disponible toneladas de soja acopiada, pero esos no están ni en las zonas marginales y tampoco son pequeños o micro productores entrerrianos. Los que tienen concentrada la disponibilidad de la soja para vender no son los productores que estamos acostumbrados a ver”.

Berruhet aclaró que los grandes productores tienen vínculos con el sistema de exportación, así como la posibilidad de conseguir créditos en el exterior para la siembra, pero destacó que, en su gran mayoría, los productores entrerrianos integran pymes, o micropymes que, por ejemplo, en el sector cooperativo, hacen que casi el 80 por ciento no tenga acceso a la tierra. “Ese productor no tiene soja disponible porque debió hacerse cargo del pago de insumos, de la mantención de su familia, y de los impuestos”.
El poder de la imaginación
El presidente de Coopar hipotetizó sobre la posibilidad de que el gobierno nacional ofrezca bajar de forma temporaria las retenciones para impulsar a los productores a vender y generar mayor oferta de divisas entre octubre y diciembre. “Cuando el gobierno habla de productores no discrimina quién, solo dice: 'los agropecuarios tienen guardadas equis cantidad de toneladas de soja', que representan entre 6.500 y 8.000 millones de USD. Y así, el Banco Central, que tiene una disponibilidad de 2.000 millones de USD, sueña con tener esa caja. Y ahí viene el plan de seducción con el sector agropecuario para que la gente venda”.

La realidad es que no todos los economistas conocen de cerca la idiosincrasia y la economía agropecuaria. Por eso, una resolución aislada no significa que cambiará una tendencia. “Hablando en criollo, una golondrina no hace verano”, ironizó el contador. Y se preguntó: “¿Se puede a través de una resolución o un decreto incentivar a los productores para que vendan? Se puede, claro. Pero, ¿Qué resultado tendrá esa iniciativa? En mi opinión, muy poca. En muchas oportunidades, los gobiernos de turno, que hay llegado a crisis de deuda externa por falta de dólares, recién ahí recuerdan que quien les trae los dólares que necesitan, es el sector agropecuario. Pero resulta que este gobierno tiene un antecedente que no es positivo con el campo, porque antes hubo casi siete años muy conflictivos con el kirchnerismo. Y como la economía es 80 por ciento de confianza y 20 por ciento de medidas, pienso más en la poca confianza que el sector agropecuario les tiene a las autoridades políticas. Y por eso considero que es muy difícil y tengo dudas de que el gobierno lleve adelante lo que está prometiendo”.

Berruhet se esperanzó en que el gobierno no piense que “con un simple anuncio en los medios, logrará que los grandes productores –y no los pequeños que tienen una Pyme o Micropyme-, salgan a vender la soja acopiada”.
Implantar la confianza
La cuestión de base radica en arrimar confianza donde no la hay. Para eso, Berruhet consideró que el gobierno debería darle institucionalidad a su propuesta. “Es decir, aprobar una Ley que lo especifique y que esta sea parte de una política de Estado para el sector. Lo que está queriendo hacer a través de un decreto, que sea una Ley que trate y apruebe el Congreso, donde queden estipuladas las condiciones para generar la confianza que perdió hace mucho el sector agropecuario”.

Además, opinó que al productor hay que darle certezas para que no ocurra lo que pasó con la resolución 125, donde lo que se reglamentó terminó siendo un palo en la rueda. “El gobierno debe garantizar que sus organismos no se transformarán en una máquina de impedir, Para que quede claro: el Estado debe generarle confianza a un actor que no cree en él. Por eso hay que buscar alternativas que sean superadoras”.

Para el dirigente, si el gobierno piensa bajar las retenciones por 90 días, mejor “que se olvide, porque nadie lo tomará. Para que el campo crea, debe transformarlo en políticas de Estado. Lo bueno es que, por primera vez en la historia de Argentina, el sistema político reconoce al sector agropecuario como uno de los principales generadores de dólares, pero volvemos al tema. Si no genera confianza, nada prosperará”.
Si se hace, que sea con justicia
Es que, si se produjera la baja en las retenciones, no serviría de mucho si el sector tiene que hacer frente a una fuerte presión fiscal. Berruhet recordó el “impuestazo al campo provocado por el aumento del IIR, del 50 por ciento en los primeros meses del año. Se enmarca en el feroz ajuste que realiza, a pesar de la pandemia, el Gobierno provincial en concordancia con el nacional, castigando al sector productivo”.

“Si el presidente (Alberto Fernández) lo primero que hizo fue aumentar las retenciones y bienes personales, y anuló el Pacto Fiscal, y el gobernador (Gustavo Bordet) subió un 50 por ciento en promedio el IIR, en vez de echar agua al fuego le echó nafta. Así no vamos a ningún lado. Y después, que no se quejen porque en Entre Ríos hay más desocupación, pobreza y marginalidad”, dijo.

El cooperativista detalló que un incremento del 50 por ciento en un tributo “es ilógico en cualquier parte del mundo, pero hablemos también del denominado Impuesto a la Riqueza”. En el "Aporte Solidario y Extraordinario para ayudar a morigerar los efectos de la Pandemia", las alícuotas progresivas van del dos al 5,25 por ciento. Pero a estas tasas habría que sumarle lo ya aportado por el impuesto a los Bienes Personales, que abarca la misma base imponible. “Afectará a los dueños de algunas explotaciones mayores de 1000 hectáreas. El problema es que esa gente es la que tiene la capacidad de motorizar la economía, moviendo el engranaje cuando la pandemia afloje”, advirtió.

Por eso, si el gobierno quiere que el campo le crea, debe venir con un paquete con moño, envuelto para regalo”, fustigó.
El campo es solidario
El contador refutó las críticas que circulan por redes sociales, donde se acusa al campo de no ser solidario. “Se olvidan que fue el sector el que en 2001 sacó al país adelante, con su aporte generoso. Pero, ¿para qué, si en 2020 se nos presenta la misma situación? No me vengan con solidaridad. Si queremos hablar de solidaridad nos sentamos y discutimos, porque es fácil ser solidario con la plata ajena y no con la de todos. En eso, yo no me embarco”.
Las medidas coyunturales no sirven
El dirigente insistió que, si el gobierno nacional piensa implementar medidas de coyuntura, éstas no despertarán confianza. Y agregó: “Puede generar algunas acciones, pero cuando llegan a la observación de los funcionarios provinciales, éstos deducen que porque el campo pagará menos retenciones, pueden aumentar Ingresos Brutos, o el IIR, o establecer una tasa vial, estamos en el horno. Así nunca vamos a avanzar”.
Claro como el agua
El productor explicó que, aunque el gobierno nacional avance con medidas –sin el acuerdo con el agro-, el sector agropecuario necesita “recuperar la confianza, y tener la seguridad de que la oferta que le realicen sea clara, precisa y creíble. Hay que tener en claro que de cada 100 pesos que genera el productor, el Estado se queda con 70. El presidente tiene que darle credibilidad al campo y no enfrentarse con él. Debe darle señales para que salga fortalecido de esta situación, y no amagarle la vida con espejitos de colores. Porque así, no llegaremos a ninguna parte”, fustigó.

Fuente: AIM.
Agricultura
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