Tras las dos derrotas a manos de Sudáfrica, pero ahora con seis semanas de preparación, el seleccionado perdió por 39-0 en Gold Coast; la superioridad del equipo negro fue aplastante.

Un partido solo no le alcanzó para tomarse revancha. Después de que los Pumas los vencieran por primera vez en la historia, Nueva Zelanda se vengó con dos goleadas aplastantes. Esta vez, en una actuación demoledora los All Blacks se impusieron por 39-0, incluidos cinco tries, desplegando todo su poderío y destrozando la resistencia argentina, que se quebró después de 38 minutos.

A fines de 2020, dos semanas más tarde de la histórica victoria en Sydney, los oceánicos respondieron con un 38-0 para asegurarse el título. No conformes con esa goleada, prolongaron la avidez y en el Cbus Stadium de Gold Coast desplegaron otra actuación arrolladora, forjada desde el inicio mismo del partido y plasmada a partir del momento en que lograron quebrar la resistencia táctica y anímica de los Pumas.

El balance de los últimos dos partidos ante Nueva Zelanda resulta en 77 puntos y 10 tries contra cero.

El seleccionado argentino suma así su tercera derrota en tres partidos del Rugby Championship 2021, que continuará el próximo sábado con el segundo enfrentamiento con los All Blacks, también en Australia, pero en Brisbane. En 240 minutos, el cuadro sudamericano marcó un solo try.

Los Pumas salieron con la misión de imponer el ritmo de juego para no caer en la vorágine que propone Nueva Zelanda. Sin embargo, el dominio negro fue total desde el principio. Apenas un par de insinuaciones ofensivas en los primeros minutos ilusionó con que el conjunto dirigido por Mario Ledesma lograría revertir la imagen de equipo inofensivo que había dejado frente a Sudáfrica, pero los avances se frustraron por errores.

La iniciativa fue siempre de Nueva Zelanda, que en cada posesión logró ganar terreno y desplegar un arsenal ofensivo de múltiples variantes que se hizo incontrolable para la resistencia celeste y blanca. Un trabajo de paciencia y demolición no exento, por momentos, de brillantez.

Los Pumas se defendieron con estoicismo y cuando faltaban dos minutos para que terminara el primer tiempo habían permitido un solo try. El 0-10 era negocio en función del desarrollo del partido y un premio al esfuerzo y la garra plasmados a la hora de tacklear y recuperar pelotas en extrema defensa. Pero cada vez que se adueñaban de la posesión, la cedían con rapidez y, casi siempre, con ventaja territorial para el rival. El juego con el pie, como ante Sudáfrica, volvió a ser muy deficiente. Era claro que ese status no podría prolongarse por mucho tiempo.

El cántaro se rompió en el minuto 38, con la conquista de Rieko Ioane en una de las tantas jugadas de varias fases en los 22 metros finales. Y ya con el tiempo cumplido, una nueva conquista, de Dalton Papalii, terminó por quebrar el temple de los argentinos. Un try al inicio del segundo tiempo y otro en el final terminaron por darle forma a un resultado que refleja lo que ocurrió en la cancha: mucho para un equipo, nada del otro lado.

Algunos números sirven para ilustrar el desarrollo del partido. Nueva Zelanda ganó la posesión por 62% a 38% y tuvo el dominio territorial en proporción de 69% a 31%. Los Pumas aplicaron 199 tackles contra 108 de los hombres de negro. Cabe destacar en ese rubro a Gonzalo Bertranou, autor de 23 tackles, una cifra sideral para un medio-scrum (la misma cantidad que Marcos Kremer, pero éste falló seis).

Los 18 penales, al contrario de los 21 concedidos en el último partido contra Sudáfrica, no se explican tanto por errores mentales sino que en su mayoría fueron consecuencia de la inercia que lograban los All Blacks en cada ataque y que obligaba a los Pumas a jugar en retroceso. Los argentinos también se vieron obligados a jugar 20 minutos con un rugbier menos, por tarjetas amarillas a Pablo Matera y Carlos Muzzio.

La tarde en que Nicolás Sánchez se convirtió en el argentino que más veces vistió la camiseta de los Pumas, con 90 (superó a Agustín Creevy), no terminó como habría deseado, ya que se retiró lesionado a los 13 minutos del segundo tiempo.

Los Pumas empezaron el Rugby Championship con dos derrotas a manos de Sudáfrica, en una serie a la que llegaron sin la preparación adecuada merced a la tiranía del fixture. Ese atenuante dejó de ser un justificativo después de que estuvieran seis semanas juntos. Que enfrente estuviera Nueva Zelanda no ayudó a una recuperación, si no en el resultado, cuanto menos en el juego. Más allá de la superioridad que plasmaron los All Blacks, el equipo argentino se debe muchas respuestas rugbísticas en la cancha.

Fuente: La Nación
Rugby Championship
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