“Venimos bien, porque si bien sufrimos una desilusión muy grande con el primer fallo, ya Casación puso las cosas en su lugar y le dio la importancia que tiene este tipo de delitos para las víctimas, y ahora el Superior Tribunal recogió en gran parte la decisión de Casación, así lo refleja el fallo de (Claudia) Mizawak. Es un fallo moderno”, consideró.
Al respecto, explicitó que “es un fallo moderno porque con el voto de (Bernardo) Salduna, ahora sí la Sala Penal le empieza a dar importancia a los derechos humanos, al silencio de las víctimas cuando no tienen edad para hablar, al acceso a la Justicia”. Y lamentó que “(Daniel) Carubia va a seguir pensando igual, lamentablemente siguiendo la misma línea de la prescripción”.
En tal sentido, la abogada sostuvo que “el derecho va mutando y con eso tiene que ir mutando la Justicia también. Este tipo de investigaciones, hace 15 o 20 años atrás era impensada y los hechos ocurrían; por eso ahora la gente recurre a la Justicia, porque sabe que la Justicia se hace eco de su drama, que se los escucha. No estamos hablando de delitos modernos, sino que la Justicia se está modernizando porque a partir de 1994 el bloque de constitucionalidad obliga a los jueces a revisar caso por caso si hay violación de los derechos humanos y violación de alguna normativa que les impida a las víctimas a acceder a la justicia”.
Consideró además que este tipo de sentencias “sirve para que otros se animen a denunciar”. “En 1994 se incorporan a la Constitución las convenciones internacionales que tienen en cuenta los derechos humanos de las personas, y el fallo lo destaca; pero además es importante porque Rivas redujo a objetos sexuales a los chicos, con lo cual una cosa es rescatar a la persona como un ser humano. Eso deben hacer los jueces, determinar que no los trataron como seres humanos, sino como objetos sexuales. A partir de ahí hay una manda constitucional hacia los jueces para revisar esos casos”, planteó.
Acotó que “ya ahora hay una respuesta de la Justicia a la víctima, y que el abusador sea quien sea y tenga la edad que tenga deba responder, porque es un delincuente. Si hubiese sido un homicida, seguramente ya hubiese tenido juicio y obviamente una condena pero parece que este tipo de delitos todavía no son del todo conocidos por algunos miembros de la Justicia, en cuanto a las consecuencias que causan”.
En cuanto al rol de la defensa, explicitó que “el abogado defensor va a tratar de que se aplique la norma, aun sabiendo que no se debe aplicar. Nunca iba a reconocer Rivas los hechos, pero cada vez vimos más debilitada a la defensa, ante el Superior Tribunal vi al abogado defensor poco convencido de lo que argumentaba”.
Por otra parte, dijo que su representado “estaba muy emocionado, muy conmovido” por el fallo. “Y yo también porque ha sido una lucha larga, y convencida de que esto debe tener un final en beneficio de las víctimas, por eso conseguir estos fallos es una satisfacción que se comparte con la víctima, porque uno comparte también todo su sufrimiento”, reconoció.
Consultada por la respuesta social ante la condena, reflexionó: “La sociedad se compone de distintos tipos de personas: están quienes defienden a rajatabla y que pertenecen a una sociedad del derecho, que se acogen a la ley y piensan que esto debe tener su condena; hay otros que esto no les interesa, no conocen y no se meten; y hay otras personas que van siempre contra la corriente y que defienden el accionar de Rivas porque piensan que no es tan malo lo que hizo, que no conocen el tema y otros porque son como él”.
Por último, destacó que “después de la investigación e iniciada la causa, del cúmulo de pruebas se alcanza a saber que eran muchas más las víctimas por la cantidad de años que llevaba Rivas cometiendo estos delitos”.
Fuente: Análisis/Radio De la Plaza
