La Municipalidad de Victoria intervino con personal policial en una fiesta clandestina que se convocó a través de redes sociales en el parador “Caramelo”, ubicada en la zona de islas, en este caso en La Invernada, cuya jurisdicción es de la provincia de Entre Ríos. A ese lugar concurrieron ayer dos policías teniendo en cuenta que se tiene el antecedente que a la última fiesta clandestina realizada en el lugar asistieron 1.200 personas. El gobierno municipal de la ciudad entrerriana ratificó que este tipo de evento está prohibido porque se está violando el decreto nacional 1033/20 vigente hasta el 31 de enero de este año como parte de las acciones preventivas ante la pandemia.

“El delito comienza a realizarse en la ciudad de Rosario, porque se convocó a través de Whatsapp y otras redes sociales”, informó a UNO el asesor letrado del Municipio de Victoria, Elías Eduardo Ruda.

La organización del evento era de tal magnitud que se vendieron entradas, las cuales fueron entregadas en forma personal. El gobierno de Victoria pudo hacer un seguimiento para identificar a los responsables. Ruda destacó el acompañamiento de la Municipalidad de Rosario, que se mostró interesada en intervenir en esta problemática. “Es un espectáculo está prohibido por la normas Covid-19. Se reúnen todos en la isla, pero vienen y terminan de cometer el delito de propagación del virus en la ciudad de Rosario. Por eso el municipio santafesino empezó a intervenir y con quienes estamos trabajando en permanente contacto”, recalcó el funcionario.
Antecedentes
Las fiestas clandestinas en las islas de Victoria movilizaron a territorio insular a miles de rosarinos durante el período de aislamiento. Similar conducta tuvieron muchos entrerrianos que contribuyeron en el contagio masivo del coronavirus. En ese entonces la modalidad era cruzar a los paradores cuando caía la noche y quedarse hasta el amanecer. Con las nuevas restricciones esa modalidad modificó los horarios de la reuniones, que se realizan a plena luz del día, sin el debido distanciamiento ni el uso de tapabocas. “El sábado 9 de enero estuvimos en Caramelo y había 1.200 personas. En otros paradores encontramos a 200 personas. Pero de todos modos es una aglomeración que no estaba permitida por la ley. El problema es que en Rosario está la Gendarmería, la Policía y a las fiestas clandestinas las hacen enfrente. Y las hacen de día por una razón muy simple: no se puede navegar de noche. Ahora a las festicholas las hacen de día”, sentenció Ruda.

El funcionario recordó que principios de año se detectó una fiesta clandestina en cercanías del puente Victoria-Rosario, en cuyo montaje se talaron árboles, se instalaron gazebos, un disc-jockey y hubo hasta equipos electrógenos. “Se labraron actas de notificación a los responsables y se está tramitando en el Juzgado de Faltas”, explicó el titular del área legal.

Las denuncias por este tipo de infracciones, ya sea en territorio entrerriano o santafesino, corresponde al gobierno de Victora realizarlas en el Juzgado Federal. “Tenemos experiencia en este tema por este tema con los incendios. La isla La Invernada es de jurisdicción entrerriana y la competencia le corresponde a la Municipalidad de Victoria. Tenemos una característica única entre los municipios de la provincia, ya que tiene un territorio urbano y un territorio insular”, completó.
En la Isla Bonita
Durante el primer fin de semana de enero la ciudad de Paraná fue noticia debido a la imagen de un yate excedido en su capacidad, que estuvo a punto de hundirse, en el marco de una fiesta clandestina. La embarcación que había partido desde el club Náutico, sin haber cumplido con las medidas reglamentarias y pudo llegar a la isla pese a que trasladaba a 25 personas. El preocupante hecho puso en foco los controles que se realizan sobre la circulación sobre el río el Paraná, y el uso indebido que se realiza de las islas, sobre todo de grupos de jóvenes.

La situación hubiera podido terminar en una verdadera tragedia, y motivó una posterior reunión entre la Municipalidad de Paraná, las autoridades del club Náutico y el Paraná Rowing Club, junto a la delegación local de la Prefectura Naval.

“El Club Náutico afianzó los controles sobre el reporte de arribo que debe hacer el timonel a modo de declaración jurada. Pero no se tuvo más aviso de la Dirección de Abigeato, de Paraná, y de la Prefectura, por aglomeraciones en la isla”, informó una fuente a UNO.
Piden que actúe la Justicia Federal
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