La lista “oficial” en la interna de Juntos por el Cambio define por estas horas el itinerario de un recorrido por la provincia con el que cerrará su campaña para las primarias del domingo que viene.
La propuesta que encabeza el macrista Alfredo de Angeli para el Senado y la radical Gabriela Lena para Diputados, secundada por el macrista Gustavo Hein, hará entre martes y jueves una gira de tres días que partirá de Concepción del Uruguay y culminará en Gualeguay.
En el recorrido, que abarcará casi todos los departamentos de la provincia, los precandidatos estarán todo el tiempo acompañados por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. La idea es que en cada parada se produzcan visitas cortas, con atención a medios, charlas con dirigentes y militantes, visita a alguna obra nacional en algunos casos.
Hasta ahora, los candidatos venían haciendo su campaña en forma separada la mayor parte del tiempo y una o dos veces por semana se reunían para una actividad conjunta.
En ese recorrido, que alcanzó hasta ahora a la mayor parte de los pueblos de la provincia, los postulantes de Juntos por el Cambio aseguran que se encontraron con un clima “sensiblemente diferente al de las PASO provinciales, cuando nos tocaron los dos meses peores de la economía, marzo y abril”. Ahora, aseguran, “hay una muy buena recepción de la boleta”.
“Entendemos que la gente en Entre Ríos quiere que gane Macri, pero sobre todo no quiere que vuelva el pasado”, resumen desde la coordinación de la campaña.
¿Por qué creen que Macri puede ganar en Entre Ríos?
Aseguran que tienen buenos números, pero toman con cautela a las encuestas. Ya les pasó en abril y junio, cuando se crearon expectativas muy altas que fueron defraudadas por la realidad. Ahora tienen, además, orden nacional de no dar a conocer mediciones que, aseguran, les son favorables en Entre Ríos, tanto en la comparación sólo de fórmula presidencial (Macri vs. Fernández) como en la de lista completa con legisladores.En este contexto, miran sin mayores preocupaciones lo que pueda ocurrir en la interna. Saben que el pegado exclusivo con la boleta de Macri – Pichetto les otorga una enorme ventaja.
El antecedente inmediato de 2017, cuando hubo dos listas radicales opositoras que dieron la interna fue distinto: no estaba el presidente en la boleta. Aún así, ninguna lista opositora alcanzó los votos necesarios para conformar minoría y obtener derecho a una representación en la lista para las elecciones generales.
En 2017, las listas opositoras, que encabezaban Alejandro Carbó y Gracia Jaroslavsky lucían exactamente iguales a la “oficial” que tenía como primer candidato a Atilio Benedetti. En el cuarto oscuro, los opositores pudieron entonces “ligar” votos de electores que sólo querían votar a Cambiemos. En cambio, dos años después, ese electorado va a entrar al cuarto oscuro a buscar la boleta de Macri – Pichetto. Y esa boleta está pegada sólo a la de De Angeli – Lena.
Por eso es que en la lista “oficial” creen que la alternativa que encabezan el senador Raymundo Kisser y el presidente de la UCR, Leandro Arribalzaga no trasciende al microclima radical. Aceptan que puede haber cortes, pero no esperan que sea importante.
No esperan que la movida radical logre canalizar un malestar lo suficientemente poderoso como para constituir minoría. Saben que los intendentes radicales, por más enojados que estén con la decisión que impidió el libre pegado de boletas, no están dispuestos a pelearse con el ministro del Interior. Y menos por sólo una banca de diputados.
Hay que recordar que, por como están echadas las cartas en la interna, si la lista radical obtuviera una holgada minoría, superior al 30%, podría desplazar del segundo lugar de la lista de diputados a Hein, que es el candidato que puso Frigerio.
Fuente: Página Política
