"Días atrás se cumplieron 38 años de democracia ininterrumpida en nuestra patria. 38 años que incluyen muchas victorias populares y luchas como también algunas derrotas. Además en estos días se cumplen 20 años de las históricas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001.

Ambos aniversarios condensan mucho del sentir de nuestro pueblo y todo este recorrido, que hemos hecho como sociedad en general y como campo nacional, popular y antiimperialista en particular, nos marcan el horizonte hacia dónde queremos ir, nos marca qué democracia necesitamos y queremos, y también a lo que no queremos volver.

En ese sentido, creemos que uno de los desafíos para el campo popular en 2022 es volver a ganar las calles y construir los espacios políticos necesarios para revertir los resultados obtenidos en las últimas elecciones, que lejos de constituirse en una victoria y avance, son un retroceso y consolidación del conservadurismo en el país y en nuestra provincia con la victoria del representante del establishment (que ni siquiera vive en Entre Ríos) Rogelio Frigerio.

La historia nos marca que suele ser una salida de las sociedades postpandémicas la configuración y abroquelamiento del bloque de poder conservador por un lado y, por el otro, la disgregación de los sectores populares y si analizamos nuestra situación como país y región venimos de años de pandemia; por un lado la de covid-19 y por otro lado la de los gobiernos neoliberales que promueven el individualismo y la meritocracia.

De la primera recién están comenzando a cristalizarse las consecuencias en lo económico, en lo político y también en la trama social, en las relaciones de producción y en las subjetividades. De la segunda tenemos un gran acervo de experiencias de lucha y estrategias populares para hacer frente a los ajustes, a la represión, expoliación y al recorte de los derechos más fundamentales como la vivienda y un plato de comida.

Justamente, haciendo frente a estas pandemias siempre estuvimos los movimientos sociales y las organizaciones políticas del campo popular parando la olla y tejiendo redes de solidaridad. Por eso esta etapa será un desafío más a afrontar con la alegría de la militancia, el compromiso y solidaridad que nos caracteriza, llevando los debates y construyendo los bloques de poder necesarios hacia el interior de los espacios donde militamos para constituir definitivamente al Frente de Todes en el frente político que necesita nuestro pueblo.

A días de conmemorarse un nuevo aniversario del 19 y 20 de diciembre 2001 esta democracia incompleta mantiene una deuda con aquellas luchas y sus mártires; con Pocho, Eloísa, Romina, José. Las organizaciones sindicales aún tienen el desafío de construir unidad y agenda de propuestas que sinteticen las necesidades de la clase, y los partidos políticos deben dejar de jugar internas de entrecasa para proponer un real programa de transformación que honre la memoria de las luchas y resuelva los problemas de nuestro pueblo.

Cuando hay miles de personas por debajo de la línea de la pobreza e indigencia no podemos mirar hacia otro lado, no podemos seguir sujetos a candidaturas mezquinas o definiciones políticas tibias que terminan por ser quebradas por la derecha y el poder real de Argentina; como pasó en la batalla por la expropiación de Vicentín donde perdimos una gran posibilidad para efectivamente controlar los precios de la canasta básica, nada más y nada menos que la comida de nuestro pueblo.

O la cuestión sobre la Hidrovía Paraná, que es la mayor vía de comunicación fluvial para la exportación y el traslado de granos de nuestro país. Estas batallas que se perdieron o relegaron son las que muestran los límites del gobierno de [Alberto]Fernández y laceran nuestra soberanía.

Tampoco podemos mirar para otro lado cuando el Gobierno quiere firmar un acuerdo con el FMI. Ya hemos vivido esto, y que preocupante que volvamos a decir NO al FMI en diciembre, a días de cumplirse 20 años del estallido de 2001. El acuerdo con el FMI sin revisar la deuda adquirida por el gobierno de Mauricio Macri es hambre para el pueblo, es ajuste y represión.

No seremos indiferentes cuando aún existen presos políticos en nuestro país. No hay democracia posible, por eso seguimos alzando nuestra voz y puño para decir 'Libertad a Milagro Sala' y a todos los presos políticos", cierra el comunicado.

Nuestro compromiso como comunistas es con el pueblo, es con la construcción de una patria profundamente anticapitalista, feminista y ambientalista. Urge que construyamos una patria donde quepamos todes con justicia social y económica. No es una utopía, tiene que ser nuestra bandera como pueblo porque merecemos la felicidad, merecemos una vida digna, merecemos una patria libre y soberana.
Política
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