Sobre su llegada a Newell's y cómo es entrenar al club del que es hincha, expresó: “Nunca pensé que iba a ser entrenador de Newell's, no lo imaginé. El año pasado, cuando se fue el entrenador, empecé a meterme más en lo que era el equipo, pero sin ninguna intención de nada. Eso me llevó a estar metido un año y ver una estructura”.
El Gringo no ocultó su amor por el club y comentó la dificultad que tiene dirigir al cuadro del que uno es hincha. “Hay que luchar contra los sentimientos. Cuando terminaba de ver un partido, muchas veces ganaba el análisis, pero en otras el corazón. Cuando llegó el momento de llegar a una conclusión ni lo pensé, la decisión no fue difícil”.
Más adelante manifestó: “Yo pedí reformar ciertas cosas porque creo que se deben hacer. Pasa el tiempo y siempre hay cosas que deben mejorarse. En nuestro proyecto, también pusimos el foco en eso y por suerte se pudieron hacer”, en relación a las instalaciones del club y cómo cambiaron desde sus primeros años de Rojinegro.
Heinze explicó también la importancia de generar un sentido de pertenencia de los chicos hacia la institución. “Es algo fundamental. Lo primero que digo es que el jugador tiene que venir a su lugar de trabajo contento, que se sienta participe del lugar en el que está y que respete ese lugar”.
El entrerriano también comentó su vínculo con algunos de los actuales referentes del plantel como lo son Pablo Pérez y Vangioni. “Mi relación con ellos es muy sincera. Nos conocemos como futbolistas y como personas, con la única diferencia de que ahora yo soy el técnico”.
Y siguió: “¿Puedo discutir con Pablo y Lionel? Sí. ¿Puedo estar de acuerdo con ellos? Sí y no, pero acá hacemos todo por el bien del colectivo. Ni ellos, ni yo, ni nadie está por encima del club. Mientras nosotros luchemos por el bien del colectivo, todo lo demás se arregla”.