Como uno de los 186 deteniendos que pasaron por la UP2, Daniel Irigoyen expresó que "la cárcel fue un lugar triste para nosotros pero donde coseche los mejores amigos, los que no te delataron en la tortura y te acompañaron en los momentos difíciles".

Aldo Bachetti, detenido de Paraná que también estuvo en Gualeguaychú, recordó que "tenemos que tener derechos humanos dentro de las cárceles porque no es vida lo que se pasa" y rememoro que "en 1974 entre los 17 detenidos hubo 4 mujeres. De los 186 hubo 42 que murieron. Uno no está, es Enrique Guastavino, que lo desaparecen en agosto de 1976, tras estar en la celda 5".
"No nos derrotaron" y destacó a "los de adentro y afuera" que nos apoyaron.

El intendente manifestó que "tenemos el desafío de poder cerrar este lugar y eso la ciudad lo celebra para que sea un espacio abierto e integrado a este barrio tan particular".
Rosario Romero, ministra de Gobierno, señaló "hemos envejecido con una historia dolorosa", y enfatizó que "el Servicio Penitenciario ha evolucionado hacia la democracia reconociendo que cárceles como esta tan antigua no cumple con lo que establece la Constitución Nacional y por eso se trabaja para su traslado".

Destacó que "tenemos como desafío seguir persiguiendo a los genocidas. Es algo que le debemos a los que no están sino también a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo Gualeguaychú".
Recalcó que "aún nos pasa que un joven de 18 años piensa que la dictadura les queda muy lejos y por eso debemos seguir trabajando en una política de derechos humanos que la entiendan las nuevas generaciones" y pidió "no disociarlas de los modelos económicos neoliberales de entonces que aún no tratan de volver a estar presentes".

Al cierre hubo un espacio musical de Pico Silva con numerosos invitados.