Zordan se refirió de esa forma a la amistad social o bien común, luego de subrayar que nuestra vocación es “vivir en libertad”.
“En el acta de la independencia, los congresales de 1816, comenzaban invocando al eterno que preside el universo. Por fidelidad a la historia, a nuestro mayores y próceres, nosotros queremos seguir poniendo a Dios en medio de nuestra vida y también en medio de nuestro entramado social. Por eso seguimos pidiendo que nos asista y nos acompañe” sostuvo. Para el obispo de Gualeguaychú, la amistad social se construye desde la honradez, la justicia, las intensiones leales o las palabras constructivas. Y pidió cultivar la amistad social que “evita la calumnia y el hablar mal unos de otros, aunque no sean tan amigos nuestros”.
En esa línea, Zordan pidió devolver el bien por mal. Incluso, transformar el mal a fuerza de bien. Es necesario ser parte de “la amistad social que nos hace capaces de mantener la palabra dada aunque cueste, la amistad social que nos hace capaces de desterrar la cultura de la voracidad, que nos hace insaciables en el dinero en cargos, en puestos, en honores, y que nos hace superar la cultura del descarte, esa cultura que deja en el camino a tanta gente, sobre todos los menos pudientes” destacó. El prelado pidió superar la lógica de la dádiva, “que en definitiva termina siendo un mecanismo de manipulación de la voluntad de la gente. La amistad social nos ayude a superar el método del enriquecimiento exorbitado a costa de los otros”.
“Queremos decirle a Jesús que no podemos solos, no podemos construir la patria solos, no podemos construir el bien común solos. Necesitamos de Dios” concluyó.