A diferencia del AMBA, donde la curva de casos, aunque aún alta, se encuentra amesetada, en el interior no logran bajar los niveles de contagios y hay colapso de hospitales y en muchos casos falta de personal médico.

Los esquemas de confinamiento social, aislamiento restringido o incluso fase 1 continuarán en al menos 8 provincias desde el lunes que viene de cara al nuevo esquema de cuarentena por el COVID-19.

Esta vez, la nueva etapa de cuarentena que decretará el presidente Alberto Fernández desde el domingo aparece más complicada para el interior del país que para el AMBA. Es que tanto en la ciudad de Buenos Aires como en el territorio bonaerense ya se dieron indicios de una mayor apertura de actividades desde la semana que viene.

Lo admitió esta semana el mismo ministro de Salud, Ginés González García, al detallar que hay al menos 10 ciudades que preocupan mucho a la Casa Rosada por el incremento de contagios de coronavirus, la ocupación en aumento de camas de terapia intensiva y la falta de médicos.

El ministro de Salud habló de “reportes realmente dramáticos” que le llegan a su despacho de la situación que se está viviendo en el interior del país. Mencionó que las zonas que más preocupan al Gobierno son las de las localidades de Río Grande (Tierra del Fuego), Río Gallegos (Santa Cruz), Alto Valle (Río Negro), Mendoza capital, Venado Tuerto (Santa Fe), Rosario (Santa Fe), Resistencia (Chaco), Jujuy capital y Orán (Salta), además del conurbano de la provincia de Buenos Aires.

Sin embargo, desde el Ministerio de Salud destacaron a Infobae que hay más contagios en el interior y coincidieron en señalar que la nueva etapa de cuarentena deberá continuar el esquema de restricciones y aislamiento en muchas localidades. Incluso se mencionó eventuales “esquemas mixtos” de confinamiento que se podrían dar en algunas provincias donde la fase 1 se mantenga los fines de semana y durante el resto de la semana haya más flexibilidad de movimiento o actividades.

Si bien los focos que causaban mayor preocupación eran -hasta hace poco tiempo- el Conurbano y la Ciudad de Buenos Aires, ahora la mirada se extiende hacia otras provincias que han experimentado un notorio aumento de casos en las últimas dos semanas.

“Se trata de la curva de mayor impacto en el sistema de salud. Estos brotes tomaron a las provincias en fase 4 o 5 y tuvieron algunos casos esporádicos. Luego, trepó la curva exponencial. Algo similar ocurrió en España e Italia”, sostuvo en diálogo con este medio Eduardo López, prestigioso infectólogo y uno de los principales asesores del Presidente en la lucha contra el coronavirus en nuestro país.

“Si se mira lo que pasa en Córdoba, Santa Fé (especialmente en Rosario) o Jujuy, el riesgo de una curva de esas características es que el sistema de salud se tense mucho y pueda saturarse porque la capacidad asistencial se limita. Uno puede preguntarse si esto era esperable y lo cierto es que sí, pero no en la magnitud que se está dando”, advirtió López.

Para Ricardo Teijeiro, médico infectólogo miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, “todo esto que está pasando era esperable”. “La pandemia ingresó a Argentina a través de CABA. Luego, siguió a la Provincia de Buenos Aires y ahora está fuerte en el interior del país. En algún momento iba a circular allí. Esto es una pandemia, no se puede controlar la circulación del virus. El problema radica en que muchos lugares del interior no se prepararon para esta situación. El desarrollo de casos y la circulación viral es inevitable. La clave está en hacerla más gradual”, manifestó consultado por este medio el especialista.

“Estamos experimentando tensión en el sistema de salud de Río Negro en el departamento de General Roca, en Río Gallegos, Santa Cruz; en el Gran Mendoza; en el Gran Rosario; en Orán y Tartagal en Salta; y en la ciudad de Jujuy y su aglomerado urbano”, afirmó la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, al encabezar un reporte diario que emite la autoridad sanitaria.

Al respecto, Cristina Freuler, médica infectóloga, jefa del Departamento de Medicina Interna del Hospital Alemán, explicó: “Estamos llegando al famoso pico inevitable en un mal momento porque estamos transitando una cuarentena deshilachada. Es una cuarentena que no se está cumpliendo realmente bien. Y esto tiene mucha lógica. Es verdad que es fácil hablar con el diario del lunes, pero quizás hubiese sido más atinado hacer una cuarentena importante y bien restrictiva solo al principio de esta pandemia para reforzar el sistema sanitario. Estuvimos casi dos meses con una cuarentena estricta y sin casos. Si uno en ese momento hubiese aflojado las medidas, es probable que ahora, al aumentar los casos, uno la pudiera endurecer nuevamente y todos la respetarían más”.

Fuente: Infobae
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