«El pico de la epidemia quedó atrás a finales de marzo y la epizootia se desacelera», explicó el Ministerio de Agricultura local. Desde el primer caso detectado en el norte de Francia a finales de noviembre, el virus se propagó a 1.364 granjas, más de la mitad en el oeste del país, donde las autoridades llevaron a cabo sacrificios masivos, incluso de animales sanos de forma preventiva.
En tanto, precisó que las crisis vinculadas a la gripe aviar suelen concentrarse en el suroeste de Francia, sobre todo en las explotaciones de patos destinados a la producción de foie gras.
En 2021, se registraron casi 500 focos y se sacrificaron a 3,5 millones de animales, sobre todo patos.
La gripe aviar, que propagan animales migratorios procedentes de Asia, posee un carácter estacional: comienza normalmente en octubre en Europa y se prolonga hasta el mes de abril.
En esta oportunidad, y por primera vez, aves salvajes contaminaron granjas al regresar de los países del sur, lo que ha provocado una segunda oleada que está llegando a su fin.
Al respecto, indicaron que estas crisis generan importantes costos para los criadores, a causa del cese de la producción y del cierre de mercados a la exportación, y para el Estado, que abona indemnizaciones por animales sacrificados y pérdidas asociadas.