“Gurí” es un gurí sencillo. Y tan sencillo que ni se muestra en las redes sociales. Siempre dejando mensajes felices y aún no gustándole los títulos, tengo que decir que es un maravilloso artista plástico, un destacado fotógrafo y bello artesano de los colores. Además de ser tan simple como buena persona. En la plaza que da al área de Pediatría del Hospital Centenario de Gualeguaychú, el gestor y director de la obra, prepara los colores y comenta formas. Quiere "avanzar" para darle un espacio lleno de arte no sólo a los niños que se encuentran alojados allí. Quiere abrir un espacio público lleno de color.
Me pide que destaque en la nota la idea de llevar el arte a todos lados, sin discriminar clase social, como un gran mensaje esperanzador y de unión. Le digo que quisiera saber cómo surge la idea de intervenir el edificio y me cuenta que unas madres que vieron su arte tuvieron la idea de pintar la guardería hace un año atrás, -en el que él estuvo de viaje-, y que cuando volvió la retomaron y le dieron vida.
Y continua:
“Empezó así, con la guardería y se amplió y lo que más me gusta de todo esto es que se empiezan a romper las estructuras de la institución para cambiar eso que es el hospital, eso antiguo que está viejo, ya desgastado de alguna manera y a través de la pintura apoyar la idea de volver a darle vida a un espacio que es público”.
No tengo que decir que “el Gurí” tiene una mirada tan profunda, clara y sencilla a la vez como el mensaje que quiere dejar. No hubo ninguna intención real de hacerle una entrevista, pero surgió así: las ganas de escribir sobre su arte y su mensaje me ganaron por goleada. Después de estar unas varias horas compartiendo con todas esas personas que se acercaron, -las pintadas siempre congregan, acercan, reúnen a quienes están dispuestos a pasarla bien, a llevar otras artes para ese momento-, pienso en lo larga que se puede llegar a hacer la nota por la cantidad de cosas que me gustaría contar, de lo mucho que hemos conversado sobre la trascendencia de la obra y no de la persona y entre las cosas que le pregunto es en qué se inspira o de dónde salen las ideas, como decide qué dejar en la pared.
G: -“La estética que yo estoy manejando ahora es un poco volver hacia atrás. Como ese lugar que se va a habitar es pediatría es re-significar mi estilo e ir hacia la parte más simple que pueda, “simplificarme” tratando de ser lo más “gurí” que pueda. Es una estética con dibujos sencillos, que tiene mucha vida, mucho color, como hecho por nenes, animales, personajes. Y le incorporé mensajes como “Vos podés” “Cada día es una nueva oportunidad” “El amor cura”, “Vas a estar bien”, “Sos fuerte”, “Volar sin alas”, “Esperanza”, “Jugar”, “Corazón sano”. Todas esas son pequeñas frases que juegan con los dibujos y cuentan un paisaje diferente, un paisaje de infancia que invita a cambiar la realidad que a veces es tan dura. Un niño cuando está aquí está porque está enfermo; es cambiar eso, transmitir un empujoncito por más mínimo que sea y hacer la diferencia. Como dice la frase de Galeano, pequeñas personas, en lugares pequeños, haciendo pequeñas cosas van a lograr cambiar el mundo. Y es eso. Transformar un espacio con arte de manera sencilla y con mucha fuerza. El niño sale a este espacio, ve todo ese color, y su sonrisa, sus ojos vuelan, es magia.
Gurí es un “gurí” de luz, de color. Va indicando con qué colores rellenar esos dibujos tan simples y divertidos. Siempre de buen humor y con mucha energía, va delineando la obra e indicando los lugares de cada uno. Hay niños, papás, abuelos, amigos. No se expone en las redes sociales, no tiene ninguna intención, solo quiere dejar su arte.
Le comento a duras vueltas, -(como dije anteriormente no planeé una entrevista ni soy periodista, valga la rima)-, que hay mucha gente que me ha dicho que no lo conoce personalmente, que se pregunta cómo es, que hay quien lo cree un engreído y otras tantas cosas de las que me río. Aprovecho para preguntarle quiénes lo acompañan y comparten esta tarde, que creo que no es una obra para hacer individualmente ni en un solo día.
G: - Organicé este proyecto con la idea de una pared y terminamos abarcando toda la parte de afuera de pediatría. Y lo bueno que se generó acá con esta modalidad de pintar con colores planos y poco rebuscados, es que todos pueden participar. Y continuar da lugar a puertas que se van abriendo. Llega un amigo a ayudar, gente que siempre participa conmigo, que me acompaña y llega otro amigo que a su vez invitó otro amigo y se arma algo que es desde un niño, hasta el papá que lo trajo, la amiga con la sobrina, el hijo del vecino. Del más chico al más grande todos participan, vienen con el mate, es algo colectivo, entonces no es que yo soy el autor de esto, yo pongo un eje. Es algo que hacemos en comunidad y es para todos y entonces toma otro valor, porque no es una obra mía, es una obra colectiva, yo no puedo hacer esto solo, lo podría hacer pero me moriría en el intento.
J: -Si pudieses pensar en una gran obra en la cual invitar a la comunidad de Gualeguaychú a participar, con todos los recursos, ¿cuál sería?
G: - Más que una obra, me gustaría que Gualeguaychú se transforme: es una ciudad que tiene mucho arte y me gustaría que eso esté en la calle y lucho por eso hace muchos años. En lo que más estoy enfocado ahora es en llevar el arte a los espacios comunes: el hospital, el asilo de ancianos, la cárcel, las escuelas, los jardines, las plazas. La idea es que el arte cope los lugares comunes, que la persona lo llegue a valorar como un paisaje cotidiano, que el niño vaya a la escuela y tenga una escuela diferente, que llegue a Pediatría y encuentre un paisaje renovado y que el abuelo que va al Asilo tenga otro. Es una manera de pensar el arte de una manera no egoísta, no elitista, si no el arte popular, para la gente, para la calle, para todo, sin discriminar edades, niveles sociales, nada. Que vaya del barrio hasta el centro, a todos lados. El arte como transformación social. Esa es mi lucha. Y no es sólo mía, es de todos, porque sigo viaje, vuelvo, pongo mi granito de arena y espero que esto sea una semilla. Que el día de mañana yo esté viejo y haya una nueva generación de artistas gualeguaychuenses interviniendo la calle. Hoy empieza así, mañana, tal vez, gualeguaychú esté lleno de arte.
Para terminar le pregunto, -a mil vueltas y sin guión-, qué se proyecta Gurí, qué intercambios quisiera tener, qué le gustaría vivir, con quien compartir de aquí a varios años.
G: -Mucho color, nada más (y se ríe a carcajadas). Es siempre estar creciendo, es siempre intentar, es una misión que no termina, no tiene fin, es usar el arte como herramienta de una revolución, un arma que no es utilizada para dañar si no para concientizar y voy a hacer eso hasta que me muera (y vuelve a reírse a carcajadas).
(*) Justina Zapata es cantautora, profesora de portugués y, en oportunidades, se sienta a escribir.
Contacto: idiomasymusica@gmail.com
