Decir Luis Lonardi nos retrotrae a los festivales de antes, aquellos donde se subía el cantor popular con su guitarra, él y su guitarra para regalarnos su esencia.

Porque “el Gringo” hijo de Angelito y de Irma, tenía una estampa que impresionaba en los escenarios en los que se hacía alarde de identidad y de entrerrianía. Recordarlo con su cabello ondulado, rubio, sus grandes bigotes y sus ojitos achinados celestes como los linares de los campos de antaño, la voz estridente y las cuerdas bien pulsadas. Recordarlo resongándole al “Cepi” Germano cuando se escuchaba algún acople porque él quería que la actuación fuera perfecta.

Supo arrancar el mejor aplauso de una platea que disfrutaba de su repertorio puramente litoral: Santos Tala, Carlos Santamaría, Linares Cardozo, Millán Medina, Jorge Méndez, Víctor Velázquez, el Gallina Alsina entre otros , fueron los poetas y compositores que eligió una y otra vez para interpretarlos.

Cómo no recordar Trote é Petiso!! Si no lo hacía se lo pedíamos a viva voz y él se hacía rogar un poco pero terminaba tarareando el pa pa pa pa…con un público a coro! Lázaro Blanco cantado por él como pocos, Facilón de adivinar, Costera mi chacarera, La biznaguita, El Jornalero…

Luisito fue ganador den el Encuentro de Folklore en Villaguay, recorrió todos los escenarios provinciales, llegó a Cosquín y hace pocos años fue distinguido por la Cámara de Diputados. Se enteró por nosotros, aún no le habían anoticiado, se sorprendió por la noticia y quizá en su intimidad se sintió alagado pero conociendo su personalidad no fue ese el reconocimiento más importante.

El homenaje que le realizó Coral Larroque “A coro por la entrerrianía” le devolvió un poco de alegría a su vida, dudó un poco en aceptar el convite. Nunca había cantado con un coro y le preocupaba quién iba a tocar la guitarra, quién iba a hacer los arreglos instrumentales que le había en sus mejores épocas el Correntino Duraceck.

Accedió a que fueran Alejo y Mario Escobar las guitarra, con un poco de desconfianza. Porque él, quería que todo saliera a la perfección. Así fue todos estudiamos para que esa noche fuera inolvidable para él y para todos. Con un clima de emoción, a sala llena del Teatro «Alberto Paoli, el «Gringo» que hacía años no cantaba se lució, se emocionó, cantó como siempre, hizo cantar a la platea los clásicos y se fue con el mejor aplauso.

Hoy cerró el escenario de sus sueños, el Cantor Popular, el cantor entrerriano, el guitarrero amante del buen vino, allá se fue a recorrer el espinel celestial, a re encontrarse con sus amores y a descansar el alma en alguna estrella musiquera.

Te recordaremos Luis, con la guitarra en alto saludando a tu gente, en los versos sentidos de Don Linares que te encargó una de sus obras más preciadas para que la llevaras en tu voz para siempre: “Quiera Dios cuando descanse que me cubra un biznagal”.

Fuente: Portal Larroque
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