Lejos del mito popular de la "fiesta" que se vive en la previa del Carnaval, ese espacio combina el despliegue de una gran orquesta desordenada y, al mismo tiempo, sincronizada hasta el mínimo detalle.

Si en la pasarela los artistas brillan con sus desplazamientos y performance, en la previa todo se apresta para que nada falle. Como la labor en los talleres de costura o en los de carrozas, aquí una multitud de técnicos se mueve rápido para la puesta en escena.



No faltan las fotos en todos los estilos y formatos o que le canten el feliz cumpleaños a Laila Giménez, bailarina de Papelitos que festeja su segundo cumple concretando su sueño de desfilar. Pero también se formó el pasillo: mientras una comparsa está saliendo a pasarela, los miembros de la siguiente bailan al costado haciendo un "pasillo" de aliento.

Pero esa maquinaria no funcionaría si no existiese un ejército de personas trabajando alrededor: asistentes, sonidistas, iluminadores, tractoristas y personas de mantenimiento de los clubes.

A esa multitud la alimenta María Rosa, que prepara unas 150 hamburguesas por noche en su parrilla a metros de la barra donde se vende agua, cerveza y bebidas alcoholicas.

La noche cerró con Ara Yevi donde Ruyina Abraham, asistente del director Leo Rosviar, recibió a cada integrante con alegría en la puerta de la pasarela y está pendiente de que necesitan para impulsarlos a un gran desfile.
Finalmente, según la Comisión Organizadora entre las personalidades que disfrutaron del Carnaval se encontraban el ex jugador de River Plate, Rodrigo Mora y el futbolista Brian Sarmiento que se sumó a la pasada de la comparsa Kamarr para disfrutar de la noche.