La acción de extensión “Tecnología para el cuidado de la salud” desarrolló la app Relevar, que comenzó como prueba piloto en barrios vulnerables de Paraná y Diamante y ya es utilizada por centros de salud en Misiones, Tierra del Fuego y Chile.

La iniciativa se enmarca en el trabajo de la FIUNER para Apoyo a la Emergencia Sanitaria por el SARS-Covid-2.

Como parte de la convocatoria de Acciones de Extensión en Emergencia de la UNER ante la pandemia y el Apoyo a la Emergencia Sanitaria implementado por la Facultad de Ingeniería, el grupo de trabajo de Salud Pública llevó a cabo el proyecto “Tecnología para el cuidado de la salud en el marco del programa ‘El barrio cuida al barrio’, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación”.

La iniciativa incluyó actividades de acompañamiento a grupos de riesgo, difusión de medidas preventivas, distribución de elementos de seguridad e higiene y el desarrollo de una aplicación, “Relevar”, que facilita la carga de datos de grupos de riesgo a los equipos de salud. La acción fue desarrollada en las zonas de referencia de los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) “Humberto D’Angelo” y “Antártida Argentina”, en la zona oeste de Paraná.
La app Relevar
Ernesto Ridel fue el principal responsable del diseño de la herramienta. “Fue pensada para la pandemia del SARS-Covid-2”, explicó y precisó el aporte que significa en los contextos donde es implementada: “el problema es que en esos barrios hay calles con casas no numeradas”, y a los equipos de salud “se les complica referenciar”.

Antes de la prueba de la app, se anotaban en papel las coordenadas, latitud y longitud, de las casas. “Son un montón de números y, si te equivocás en uno, el mapa cambia totalmente de lugar”, graficó el estudiante.

La primera versión de Relevar guardaba nombre y apellido de la persona y los datos de ubicación. “Después empezamos a agregarle funcionalidades: precisar la ubicación del GPS, cambiar al enfoque de grupo familiar, para que todas las personas integrantes queden guardadas con la misma ubicación”, indicó Ridel. También se incorporaron las posibilidades de guardar números de contacto (o persona de contacto) y datos como ocupación, nivel educativo y centro de salud de referencia. “Ahora incluso se puede leer el código QR del DNI y cargar automáticamente los datos. Está diseñado para que puedan sumarse funciones”, aclaró el estudiante avanzado de la Facultad de Ingeniería

Relevar está desarrollada para el sistema operativo Android. Al utilizar el GPS del teléfono, no requiere conexión a internet una vez que está instalada en el dispositivo. Además, garantiza la seguridad de los datos, que quedan almacenados en la memoria del teléfono y no se transmiten a otro servidor.

“El desarrollo fue bastante rápido. Después nos abocamos a la interfaz, para que pueda ser lo más amigable posible y se entienda mejor la carga de datos”, completó el estudiante. Y añadió que Relevar “fue una herramienta pensada para facilitar el trabajo de los equipos de salud y obtener datos más fiables. Programar lo puede hacer cualquiera, lo importante de la Bioingeniería es adaptar para que sirva a la salud”.
Repercusiones en otros puntos del país
Si bien Relevar fue implementada a modo de prueba en las zonas de referencia de los CAPS Antártida y D’Angelo de Paraná y en la ciudad Diamante, ya comenzó a ser utilizada por equipos sanitarios en las ciudades Santo Pipó, Misiones; Ushuaia, Tierra del Fuego; y Punta Arenas, Chile.

“Nunca hubiésemos pensado que una acción de extensión que pretendía colaborar con dos organizaciones de Paraná termine dialogando sobre la introducción de tecnologías en el ámbito de la salud de lugares que quedan a muchos kilómetros de nuestra Facultad”, valoró el profesor Sassetti, coordinador del proyecto.

Pese a su diseño inicial para relevamiento de grupos de riesgo de SARS-Covid-2, en Misiones la aplicación Relevar fue adaptada y utilizada para la campaña de prevención, bloqueo y control focal de la transmisión del dengue, por parte del Hospital Nivel 1 y la Municipalidad de Santo Pipó, una ciudad de 10 mil habitantes a 80 kilómetros de Posadas.

Allí pudieron ubicar en un mapa, mediante la georreferenciación, las zonas de mayor riesgo de transmisión del dengue y planificar estrategias de intervención con mejor información, sin necesidad del registro y análisis de datos a mano. Las pruebas piloto demostraron la efectividad en un lapso de 30 días.

En Ushuaia la herramienta también está siendo adaptada a las particularidades del territorio por los equipos del Centro de Salud nº 8. Además del registro y planificación de las visitas sanitarias a domicilios, detallaron que la aplicación puede, por ejemplo, revelar si hay acumulación de hielo en la calle, que en ciertas épocas del año puede ser riesgosa para la población y complicar la transitabilidad, circulación o acceso a los hogares.
La extensión en tiempos de emergencia
El equipo de estudiantes y graduados estuvo integrado por Maia Iturain, Rocío Reguilo, Tatiana Wendler, Santiago Salinas Sosa, Carlos Scotta, Solange Gualpa, Mauro Soza y Marcia Candia Gutiérrez y fue coordinado por el profesor Fernando Sassetti y el becario Ernesto Ridel. Trabajaron junto a los equipos de salud y las organizaciones sociales Escuela de Gestión Social “Pablo de Tarso” y Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario “José Daniel Rodríguez”.

El presupuesto del proyecto otorgado por la Universidad, de 30 mil pesos, fue destinado a la compra de artículos de limpieza, distribuidos a personas de grupos de riesgo de los barrios Mosconi, Antártida, San Martín y Padre Kolbe. Además se ofrecieron materiales de capacitación a los equipos de los CAPS para el uso de cartografía digital.

Sobre el territorio escogido, Sassetti explicó que la cátedra de Salud Pública, a partir de su trabajo de extensión, “tiene un vínculo de años con las organizaciones y con el Centro de Salud D’Angelo. Conocer las comunidades nos llevó a elaborar esta Acción en conjunto con estudiantes y graduados como una forma de decir ‘la Universidad está’, o mejor dicho ‘sigue estando’”.

“Entendimos que una epidemia como la del COVID demandaba del trabajo en conjunto de las instituciones, de las organizaciones de la comunidad y del gobierno para reducir los daños que puede generar”, expresó el docente.

En suma, el coordinador de la Acción indicó que “la tecnología tiene que ayudar a mejorar las condiciones de trabajo de los equipos de salud y el cuidado de la salud de nuestras comunidades. No es un tema de moda, no es una imposición del mercado o de los financiadores de los programas de salud. Es una opción por empezar a pensar la organización de los servicios de salud y el trabajo de las organizaciones sociales en el territorio. Es la posibilidad de que la comunidad y los trabajadores de salud usen los datos para generar información que les permita tomar las mejores decisiones”.
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