Las cárceles no son sanas ni limpias

La problemática apuntada es histórica, incluso se podría calificar como endémica. La realidad carcelaria se revela como una sistemática violación de parte del Estado, de la propia Constitución Nacional CN, que en su artículo 18 que dice: las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la autorice.

Y de los compromisos internacionales (tratados internacionales de derechos humanos) una de las atribuciones que tiene el Congreso de la Nación Argentina es aprobar y desechar tratados con las demás naciones, a través de su artículo 75, inciso 22, y el artículo 31 de nuestra Ley fundamental les otorga a estos Tratados jerarquía constitucional es decir, no están ni por debajo ni por encima de la Ley madre, sino en la misma línea.

El sistema carcelario argentino no es sano ni limpio y menos en la provincia de Santa Fe, el sistema en el país está integrado por el Servicio Penitenciario Federal y por los servicios penitenciarios de las provincias, Por ende no se puede hablar de una realidad única ni de una operatoria uniforme aunque no sea la única realidad, la problemática que presenta el sistema penitenciario argentino que es de carácter muy complejo.

El deterioro del sistema carcelario/penitenciario está lejos de cumplir con la legalidad por parte de algunos funcionarios. Y urge tener instituciones sanas, basta con observar lo que pasa en la vecina Provincia de Santa Fe, que están entre las sombras del narco y la complicidad institucional.

Los líderes narcos manejan el negocio del narcotráfico, así como también las extorsiones y otras actividades delictivas, desde el interior de la cárcel, desde que asumió en el cargo de gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro y su familia son blanco de graves amenazas, que llevaron a que el mandatario no solo refuerce su seguridad personal, sino que obligó a que su esposa e hijos tengan que salir de Rosario. Recientemente se presentó el protocolo para presos de alto riesgo, a cargo de la ministra Bulrrich, deseamos que sea con éxito

¿DELINCUENTES CON UNIFORME?

¿El presunto ingreso de teléfonos celulares y sustancias prohibidas en las cárceles se convirtió pareciera en la principal fuente de recaudación ilegal de los jefes y guardia cárceles? ¿quién ingresa lo prohibido? ¿El chapulín colorado?

¿SE VENDEN INFORMES?

Los informes del Servicio Penitenciario sobre la conducta y la salud de los presos son “simples descripciones” y no son vinculantes para que la Justicia decida la libertad de una persona, estos escritos dan cuenta del desarrollo y desenvolvimiento intramuros de los internos.

A pesar de las restricciones fijadas por ley, la cantidad de celulares secuestrados y drogas en los presidios de Argentina es preocupante esto significaría que los dispositivos y las sustancias prohibidas serían llevados por efectivos que deben vigilar a los presos, y no todo lo que ingresa de forma ilícita seria por los familiares que visitan la prisión, existen dos áreas claves dentro del sistema carcelario: seguridad interna y seguridad externa. El principal foco de corrupción pareciera está en la dirección de Seguridad Interna de un penal, debido a que allí, los guardia cárceles establecen vínculos fluidos y cercanos con los presos, y escuchan sus necesidades.

De esta manera, con corrupción dentro del sistema nose puede avanzar con el objetivo de reinserción verdadera en la sociedad de una persona privada de la libertad, la cárcel empeora la situación que dice que viene a solucionar.

Con un estado incapaz de revertir dicha situación cuando la persona que cumple su condena, participa de actos de ilegalidad sobornando a funcionarios corruptos o funcionarios ofreciéndose para hacer de mula de los presos, ¿se reinserta en la sociedad a alguien que esta institucionalizado conviviendo con el delito?

Es más que evidente que NO, y se siguen violando derechos, entre ellos “el derecho de igualdad”- tan importante en los estados democráticos. Ya que esta persona, queda “tachada”, estigmatizada y se le imponen “muros” para continuar con su vida, de esta manera, la reincidencia es muy probable.

Y así, es un círculo sin fin, en donde toda la sociedad se ve perjudicada, porqué el estado invirtió mucho dinero (de los buenos contribuyentes) en esa persona que estuvo privado de su libertad, y en la formación de esos empleados corruptos, que son los menos seguramente pero muy dañinos para el sistema, y el fin de la pena es la reinserción y no se cumple con ese objetivo, y La protección de la sociedad con ese fin de la pena, pero siempre subordinado al fin esencial: la resocialización. No podemos jamás postergar la resocialización, porque con ese accionar bien direccionado por parte del estado estamos protegiendo a la sociedad toda, los derechos humanos y las garantías constitucionales no son postergables y mucho menos olvidados ni reprimidos.

(*) Ariel Hernan Heidenreich es abogado

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