El que está terminando es el año con menor cantidad de víctimas de violencia en mucho tiempo en Entre Ríos, particularmente en las ciudades de Paraná y Concordia. Hubo en total 32 homicidios. La tasa de muertes violentas cada 100.000 habitantes se redujo a 2,5, la mitad de la cifra nacional e incluso por debajo de regiones relativamente pacíficas en el mundo.

Según a quién se consulte, las causas de este descenso, que viene siendo sostenido desde hace cuatro años, son variadas. En la Policía de la provincia apuntan el éxito de la prevención, los operativos, el ataque al narcomenudeo y el trabajo coordinado de las distintas áreas. En la Justicia suman el mérito del sistema procesal penal acusatorio. También destacan otra realidad: los antiguos jefes del narcotráfico están presos y los sucesores entienden que la violencia perjudica su negocio.
Los números
Para tener una idea del descenso de muertes violentas, según la estadística aportada a UNO desde la División Planeamiento (Dirección Operaciones) de la Policía, en 2019 hubo 66 homicidios en Entre Ríos, en 2020 fueron 50 y en 2021 hubo 47 personas que perdieron la vida a manos de otras. Respecto del primer año mencionado, bajaron un 52%, mientras que del año pasado a este, un 32%.

Esta merma se observa también en las dos ciudades más habitadas de la provincia: hubo nueve homicidios en Paraná y ocho en Concordia

La capital de la provincia tuvo cifras alarmantes una década atrás, con 28 crímenes en 2012, es decir el triple que este año. En ese mismo período fueron 73 en la provincia. Es más, se puede agregar otro dato llamativo para Paraná: el último homicidio ocurrió el 30 de agosto, es decir, ayer se cumplieron cuatro meses sin homicidios, un período muy amplio sin muertes violentas.

La Ciudad del Citrus, en particular, tuvo su año de furia en 2019, cuando se registraron 28 homicidios, 10 más que Paraná. En 2022 las muertes violentas en Concordia fueron ocho.

A estos dos distritos, les siguen los Departamentos Federación, Colón y Gualeguay, con tres homicidios en cada uno; en Federal hubo dos personas asesinadas y se registró un homicidios en los Departamentos Uruguay, Gualeguaychú, La Paz y Tala. En los restantes siete Departamentos de la provincia no se registraron muertes violentas.

Al momento de comparar la situación de Entre Ríos con otras provincias, son múltiples la variables a valuar por las diferentes realidades en un país federal. Desde el vamos, ninguna ciudad de la Argentina se puede comparar con Rosario, que multiplica la estadística de cualquier ciudad el país (hasta ayer se alcanzó la cifra récord de 281 homicidios).

Las cifras en Santa Fe son elevadas, con 51 homicidios en la ciudad (66 en el Departamento La Capital), cinco veces más que Paraná, con aproximadamente el doble de habitantes. No obstante, en la vecina capital destacan que también viene descendiendo la cifra de asesinatos, y este año fue el registro más bajo en una década.
Capacitación y cooperación
“Predominan varones de entre 20 y 30 años, personas que se conocen y tienen conflictos de arrastre, desencadenan estas muertes violentas, salvo algunas escasas excepciones. Si comparamos con el año pasado, tuvimos 14 muertes violentas a esta fecha, y en 2020 fueron 25”, dijo a UNO el jefe de la División Homicidios (Dirección Investigaciones), Horacio Blasón, acerca de las cifras en Paraná.

“Esto refleja un marcado descenso en las estadísticas de muertes violentas, estadísticas que no mienten. En la visión policial, hay varios factores que inciden en este descenso de escalada de violencia o de muertes. Desde que se implementó la Ley de Narcomendueo en la provincia de Entre Ríos, existe un ataque permanente diario desde la Dirección Toxicología, con la colaboración de otras áreas, a aquellas pequeñas bandas que se dedican al microtráfico de drogas. Esto impide que estas bandas crezcan, mitigando así la violencia de estos grupos”, agregó el comisario.

Ademá, Blasón destacó: “Los operativos diarios de motos que tanto molestan a los vecinos, nos han permitido detectar armas de fuego a personas que van transitando, personas con pedidos de captura, prevención que realizan comisarías, la División 911, los grupos especiales, están en contacto con los vecinos todo el tiempo acudiendo rápidamente a cada conflicto”.

Por otro lado, el jefe de Homicidios dijo que “de los nueve hechos están todos esclarecidos, este esclarecimiento tiene que ver que la Dirección Investigaciones cuenta con funcionarios profesionales altamente capacitados en lo que es la investigación criminal. Tenemos dos áreas que son muy valiosas a la hora de la resolución de casos graves, me refiero a la Dirección Criminalística, que realizan el tratamiento de cada uno de los indicios que quedan en el lugar del hecho, el estudio de la prueba, pueden relacionar que una persona estuvo ahí, incluso hasta individualizar al autor del hecho. Y la Dirección Inteligencia Criminal, con el uso de las últimas tecnologías en informática forense pueden identificar indicios y pruebas a través de internet, se pueden analizar teléfonos y descubrir muchas cosas que sirven de una forma muy importante a estos casos”.

Blasón también destacó otro aspecto clave: “La buena relación con los fiscales y con jueces, que nos dan con celeridad las órdenes de allanamiento. Este conjunto de áreas cooperando, cumpliendo con los lineamientos del jefe y subjefe de policía de la provincia y los directores, hacen al éxito”.

Este último aspecto también fue destacado por el director de Operaciones y Seguridad de la Policía, Marcos Antoniow, quien a su vez indicó que el descenso de cifras de homicidios en la provincia coincide con una disminución de hechos de violencia e inseguridad en general en todas las ciudades, donde no ocurren hechos graves diariamente como en otras épocas.

En el ámbito judicial, según consultó UNO, refieren que la celeridad del código procesal penal, que cumplió ocho años en Paraná, ayudó a pacificar la situación. En la Fiscalía observan que ya no hay balaceras permanentes por disputas territoriales entre bandas narcos con sus soldaditos. En este sentido, consideran que no es que hay menos vendedores de droga, sino que los sucesores de los viejos jefes narco que optaban por la violencia para dirimir diferencias, saben que deben convivir para evitar la muerte o la prisión.

Fuente: UNO.
Policiales
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