Tras el paso de algunos años, la hermana menor de la familia, Julieta, se reunió con representantes de la Comisión Especial del Museo de la Memoria Popular de Gualeguaychú y donó los valiosos objetos, explicando la importancia y particularidades de cada uno de ellos. Durante décadas fueron cuidadosamente cuidados, como si hubiera intuido la importancia que irían a adquirir tanto tiempo después, aun cuando la misma Susana ya no estuviera con vida para poder contemplar el destino de lo que ya pasan a ser piezas del Museo de la Memoria Popular de Gualeguaychú.
Pero no sólo tenía previsto donar estos objetos, sino también una detallada explicación del significado de cada uno.
El florero con papel de correspondencias
Tanto Cristina como Susana (hijas) se enviaban cartas a menudo con su madre, quien las guardaba e intentó preservarlas del paso del tiempo y en cierto modo lo pudo lograr.Si bien la correspondencia fue protegida, lamentablemente la gran crecida del río Gualeguaychú en 1978 mojó el papel en el que se intercambiaban complicidades con su madre.
Para continuar resguardándolas, utilizó el papel para construir un florero que es uno de los objetos donados este lunes al nuevo Museo de Gualeguaychú.