Martínez puntualizó cómo llegó al sábado 8, en la edición histórica: “Sabía desde hace meses que me iba a tocar este lugar tan importante y se precipitaron los preparativos en los últimos días. Durante toda la tarde del sábado 8 tenía muchos nervios y todos estábamos muy ansiosos. Esta es una edición muy especial porque desfilan las cinco comparsas y teníamos el desafío de que el espectáculo fuese fluido. Todos salieran a tiempo”.
Respecto a sus sensaciones al pisar la pasarela blanca con su nuevo traje, Pamela se sintió “movilizada”. “La verdad es que cuando quise darme cuenta ya estábamos en la puerta de la previa y la comparsa salió muy puntual. Fue un momento muy fuerte el escuchar las palabras de Titi Pauletti de que “al fin se abra la pasarela”. Con todas las expectativas que teníamos eso fue muy movilizante”.
En lo particular, Martínez detalló esos segundos a las 21.44 del sábado 8 cuando Ara Yeví rompió el cascarón tras dos años de silencio y encendió el Corsódromo. “Al borde de las lágrimas me tocó pisar el circuito y ya después el público -con la energía que nos devuelve- hizo todo el resto del trabajo. La adrenalina fue hecha realidad y la espera hizo que fuera un instante inolvidable. Jamás olvidaré lo vivido el sábado y, en lo personal, fue muy especial porque durante la pandemia pensé que –quizás- ya no pudiera volver a pisar el circuito”.
Pero la bastonera extendió ese sentimiento a los más de 500 artistas que desfilan. “Este fue el primer paso, post pandemia, para todos los integrantes del carnaval con lo que eso implica y por lo que amamos el espectáculo”.
“FUE MÍSTICO”
Sobre el momento en que junto a Martín Ayala se aproximaron a pisar el Corsódromo, Pamela Martínez rememoró que “fue increíble. Martín tiene un aura muy especial y un carisma único. En el momento, me dejé llevar por lo que me dijo sobre esa idea tan mágica de besar la pasarela. Me pareció hermoso porque teníamos todos esos sentimientos anudados en el pecho y era la oportunidad de transmitir a la pasarela la alegría que sentíamos de volver a estar en ese lugar”.“Estamos todos muy felices de volver a compartir con el público cada noche. Sentimos que esa reapertura del Corsódromo fue un momento muy místico. Por suerte lo pudimos transmitir y la gente se contagió de ese sentimiento profundo que estábamos atravesando y que a los pocos segundos se transformó en adrenalina pura”, reconoció Pamela a R2820.
TRAYECTORIA
“Hace 17 años que bailo en el Carnaval del País. Desde 2004 soy parte de esta fiesta maravillosa y desfilé en, prácticamente, todas las comparsas, tuve la oportunidad de usar trajes alucinantes. El Corsódromo es un lugar mágico con una energía increíble y estoy orgullosa de ser parte. Me siento una embajadora del Carnaval porque a donde sea que vaya siempre estoy hablando de la fiesta, de que nadie se la puede perder y que una vez que lo conoces te enamoras. Hay que disfrutarlo cada año”.Pamela dice que “el Carnaval es parte de mi vida. Lo vivo año tras año con la misma adrenalina, entusiasmo y la ilusión de ser parte. Este año tengo un lugar muy importante como es ser la bastonera de apertura de Ara Yeví, que era un sueño poder ocupar este puesto. Somos los tetracampeones y es la comparsa que me consagró reina del Carnaval. Quiero dejar todo en la pista y, entre todos, lograr que este espectáculo siga siendo el mejor carnaval del país”, cerró valorando que el evento es una construcción colectiva desde el tallerista hasta quién coloca a mano las miles de lentejuelas en los trajes.
