En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Elgart afirmó que “en Entre Ríos lo que está en juego es si el resultado será 4 a 1 o 3 a 2, pero ya está todo dicho; ya está dicho quién va a triunfar el domingo porque los guarismos son muy grandes a favor de Frigerio”.

No obstante, planteó que “el desafío de Juntos por Entre Ríos es si puede mantener el voto de toda la interna” y analizó que “generalmente en elecciones generales hay un movimiento mayor de votantes; si bien Entre Ríos estuvo entre las seis provincias donde más se votó, ahora puede pasar que haya unos 30.000 votantes más y hay que ver como fluctúa esa cantidad de votos”.

Agregó que “los distritos electorales donde se daría ese movimiento es en aquellos donde en la PASO se votó menos que otras veces como Concordia, Paraná, Uruguay, Colón y Tala. No así en Gualeguaychú y Federación que tuvieron altos niveles de participación”.

En este marco, resaltó que “desde el ´83 a esta fecha nunca hubo una elección que resultara 4 a 1, por eso es un hecho histórico en caso de ocurrir, lo cual es probable” y a modo de resumen reiteró: “Para que se dé esa probabilidad tienen que darse ciertas variables: que ingrese más gente a votar que estaría más proclive a votar a la oposición que al oficialismo, que el peronismo no saque más votos en ciertos distritos como en Concordia donde es probable que el peronismo achique la diferencia de 10 puntos de las PASO, y que Juntos por Entre Ríos pueda sumar todos los votos de la interna lo cual no siempre se da esa suma perfecta”.

Respecto de la campaña propiamente dicha, consideró que en general “son todas consignas vacías” y explicitó: “Cuando un candidato entiende que involucrándose en una discusión puede perder votos, directamente no se involucra”. “El candidato entiende que sin involucrarse en debates profundos como la cuestión de la educación, el desarrollo regional, promover la sinergia productiva, ya alcanza; esas discusiones no están porque se entiende que en estas elecciones lo que juega es el humor social; es premio o castigo, y para eso basta un slogan vacío pero motivador”.

“Por ejemplo no se habla de cómo se soluciona la inseguridad, no se dice que tiene que ver con las brechas de desigualdad social que cada vez se pronuncian más en Argentina. Esas cuestiones no están presentes en las campañas porque los candidatos entienden que no ganan más por meterse en esos debates y directamente no e involucran en ellos”, describió.

Analizó asimismo que “el votante en más de una elección ha dado sorpresas eso es lo bueno de la democracia. Hay democracia cuando no hay previsibilidad en una elección, por eso el ejemplo es lo que sucede en Formosa donde en cada elección se sabe quién va a ganar y gana hace 25 años el mismo. Ahí no hay un sistema democrático pleno porque es previsible lo que va a pasar; hay democracia cuando hay incertidumbre. Y en ese aspecto, el electorado a nivel general en muchas provincias ha dado nuestras de esto: de ese movimiento permanente de un votante pragmático que vota en función de su percepción personal y sus intereses personales”.

Agregó que “en cada elección se ve que ya no hay voto cautivo, o cada vez es menor, y en Entre Ríos las cuestiones nacionales penetran más en la mirada del electorado y generalmente las elecciones se polarizan en cuanto al humor social: estoy bien o estoy mal y en función de eso es un voto castigo o de apoyo, también penetran algunas noticias nacionales que nada tienen que ver con nuestra provincia pero que inciden –como los temas de inseguridad que repercuten en el ánimo de la gente- y además hoy Argentina vive una situación de gran incertidumbre, lo que también incide en el humor del votante”. “Es una elección donde la gente siente que no se juega mucho acá, no es una elección a intendente o a gobernador donde hay un análisis distinto al votar, en esta la elección es más fácil: voto en apoyo o en castigo al gobierno”, refirió.

Por otra parte, Elgart explicó que “la polarización es política pero no ideológica. El electorado argentino es de centro, no hay polarización ideológica en Argentina, por eso los partidos como los de derecha extrema, el socialismo, la izquierda, tienen un voto residual del 3% o 4%”.

“Es como sucede ahora con el fenómeno Milei que aparecen y terminan desapareciendo o son absorbidos por otra fuera política, como sucedió con la UCeDé que fue absorbida por el peronismo, como apareció el Frepaso como una línea de centro izquierda que fue absorbida por la Alianza, o con el Modín. El electorado argentino es un electorado de centro pero la fabricación de la grieta conviene porque el esquema mental del electorado funciona mejor cuando hay blanco o negro, no cuando hay matices. La realidad no es blanco o negro, hay matices, pero en el esquema mental se funciona mejor cuando hay un binomio y por eso la grieta que facilita la competencia a la clase política”, reflexionó.

En ese sentido, afirmó que “el sistema electoral argentino está hecho para que no aparezcan terceras fuerzas. Le es muy difícil a una tercera fuerza consolidarse en el sistema electoral argentino porque te obliga a estar en campaña permanente y no podés hacer lo que tenés que hacer”. “Hacer lo que se debe hacer supone costos, y no siempre están dispuestos a llevar adelante esos costos porque significa perder una elección. Ahora, al otro día de la elección ya están pensando en el 2023 y ya se empieza a jugar la competencia por el 2023. Es un sistema nocivo porque obliga a votar cada dos años eso no genera estabilidad para la elaboración de políticas”, señaló Elgart.

Por otra parte, analizó que “en el sistema electoral argentino donde se vota cada dos años, un partido pequeño cuyo candidato llegue a ser presidente y que prometió ciertos cambios, quizás no los puede hacer porque no ganó el Congreso. Un sistema presidencialista necesita de un Congreso que le apruebe las leyes entonces necesita ganar la próxima elección para tener diputados y senador, y no la va aganar, entonces el mismo sistema pone trabas”.

“De este modo, los grandes partidos que tienen presencia territorial van usufructuando de esto, como pasó con la UCR donde la aparición del PRO, que es un partido urbano y pequeño, lo oxigenó y le dio vida, y lo hizo más competitivo para volver a consolidar el poder a nivel nacional. Del mismo modo sucede con el peronismo, donde es la primera vez en su historia que gobierna con un gobierno de coalición”, planteó.

“Siempre el peronismo gobernó alrededor de un liderazgo fuerte, con presencia territorial. Por eso lo que estamos viviendo en Argentina es un experimento nuevo, con un peronismo que está gobernando en coalición y con un Presidente que no tiene peso territorial en cuanto a votos, que tiene la autoridad devaluada y que tiene mala imagen. Esto no se había visto nunca antes en Argentina”, concluyó.

Fuente: Análisis.
Elecciones 2021
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