"Esta decisión se da en un momento de crecimientos récord de casos de contagios a nivel provincial y en el departamento Uruguay en particular, con un sistema de salud pública a punto de colapsar", advirtió la corriente Fuentealba.
"Bordet sigue la política que impulsa el gobierno Nacional de los Fernández, cuando a través del ministro Nicolás Trotta, armaron un vidrioso “semáforo” de riesgo sanitario para la reapertura de escuelas, y de este modo dieron vía libre a las provincias a tomar este tipo de medidas en un claro “sálvense quien pueda”", adujeron en el comunicado.
A la situación epidemiológica se suma la realidad concreta de las escuelas que "vienen siendo vaciadas de insumos, de personal de limpieza y que los edificios escolares no han sido objeto de ninguna reforma edilicia para enfrentar la vuelta a clases y se encuentran en las mismas condiciones (o peor, sin mantenimiento), que en marzo, cuando se decretó la cuarentena", destacaron.
"Es evidente que el improvisado regreso no responde a criterios pedagógicos ni epidemiológicos, sino a una presión de las patronales para avanzar en una “normalización” económica y de circulación que permita “liberar” a los trabajadores de las tareas de cuidado, terminar con las licencias, bajar los índices de ausentismo laboral y elevar la productividad".
Desde la CDD de Agmer Uruguay por la Fuentealba "nos oponemos contundentemente a las clases presenciales entendiendo como una condición indispensable para discutir la vuelta a las aulas, es que haya nula o muy baja circulación del Covid".
El sindicato pidió que se encaren los trabajos de infraestructura en las escuelas para que puedan volver a ser habitables y no pongan en riesgo a la comunidad educativa, y se constituyan en cada escuela, comités de bioseguridad formado por sus trabajadores, que organice y controle el protocolo sanitario particular del establecimiento.