Hoy nos movilizamos, estamos en la calle y en esta plaza histórica porque somos herederos y herederas de los obreros caídos en 1921 bajo las balas oligarcas de la Liga Patriótica. 101 años después acá estamos, haciéndonos cargo de la historia, sosteniendo las mismas banderas.

Estamos acá porque somos los hijos y las hijas de la lucha incansable de la Madres de Plaza de Mayo que ayer, 30 de abril cumplieron 45 años de esa primera marcha en ronda de pañuelos blancos.

Estamos acá porque somos defensores de la soberanía de nuestro pueblo, por eso a 40 años de la guerra de Malvinas homenajeamos a nuestros caídos y veteranos, y reclamamos la Soberanía Argentina sobre las islas. ¡Fuera ingleses y la OTAN de nuestras Malvinas!! Repudiamos lo trascendido mediáticamente en estos últimos días, donde se confirma la entrega de Malvinas por el gobierno de Macri..!!

La implementación de políticas neoliberales durante el gobierno de macrista y el azote que significó la Pandemia de Covid 19, ha llevado al conjunto de la clase trabajadora y a los sectores populares a la precarización de la vida.

El dardo envenenado de la deuda externa que dejó Macri condiciona el desarrollo del país generando mayor pobreza, pérdida de poder adquisitivo, imposibilidad de alcanzar lo mínimo que dignifique la existencia. La sensación que nos habita es la de llevar más de 6 años en un estado de crisis permanente, de desazón, de incertidumbre.

Sabemos que nada bueno puede surgir para los trabajadores y trabajadoras de quienes impulsan el neoliberalismo como proyecto político. Los Macri, los Milei, las Bullrich, los Frigerio lejos, muy lejos están de comprender los sufrimientos y las necesidades de las grandes mayorías trabajadoras, pero sí de provocarlas. Tenemos muy claro que son la representación de los grupos económicos concentrados del país, de la oligarquía agroexportadora, de la derecha más rancia.

Son los que armaron mesas judiciales para perseguir, espiar y amenazar a dirigentes sindicales que resistían el ajuste y la entrega macrista.
Son los que innecesariamente endeudaron al país por 100 años y nos volvieron a entregar al Fondo Monetario Internacional.

Son los vulneradores seriales de derechos laborales, de ajuste a los jubilados y jubiladas, de desfinanciamiento a la salud y a la educación pública.
Son los estigmatizadores de los y las pobres y sus luchas, de la posibilidad de contar con programas que alivien sus necesidades. Con un andamiaje de impunidad de los medios hegemónicos instalan miradas que solo siembra odio.

Son los que hoy emergen en absoluta impunidad para decirnos que están preocupados por nosotros y nosotras. ¡Más Hipócritas no se consigue!!
En la resistencia los trabajadores, las trabajadoras y los sectores populares fuimos construyendo una consigna que hoy nos marca un horizonte: ¡Neoliberalismo Nunca Más!!!

Esa resistencia pudo ser posible por la amplísima unidad del campo popular, donde los trabajadores y las trabajadoras nos organizamos en nuestras centrales sindicales y nuestros movimientos sociales, fuimos protagonistas claves en la articulación para la derrota electoral del neoliberalismo.
Durante el 2020, a poco de andar el nuevo gobierno de Alberto Fernández, la pandemia Covid 19 sacudió al mundo, impactando fuertemente en una Argentina vapuleada, lastimada, dolida por 4 años de destrucción.

Atravesamos la pandemia con un Estado presente que puso centro en la recuperación del sistema de salud y en la rápida obtención de vacunas una vez que existió la posibilidad. Iniciativas como los IFE, los ATP, el fortalecimiento de programas como el Potenciar, el Alimentar y la AUH intentaron, en términos económicos, aliviar las consecuencias de este mundo en pausa. Con gran compromiso militante los trabajadores y las trabajadoras impulsamos la iniciativa del Aporte Solidario a las Grandes Fortunas, que, si bien fue aprobada tardíamente en el Congreso de la Nación y solo se aplicó por única vez, significó un avance en la Distribución de la Riqueza en un contexto de Emergencia Sanitaria y Social.

Fuimos los sindicatos quienes pusimos a disposición nuestras estructuras para sortear las dificultades sanitarias, mientras que las grandes empresas despedían trabajadores sin respetar las normativas vigentes.

Fuimos los movimientos sociales los que multiplicamos las ollas populares y abrazamos solidariamente las barriadas, mientras algunos sectores políticos impulsaban el egoísmo de romper cuarentenas y quemar barbijos.

Hoy el flagelo de la Pandemia se va alejando de la mano de una campaña de vacunación histórica, pero las dificultades para la gran mayoría del pueblo no cesan y las condiciones de vida se pauperizan.

El nivel de ingreso de los trabajadores y trabajadoras, de jubilados y jubiladas, de los sectores populares lejos está de recuperarse, el mejoramiento en los porcentajes de empleo no siempre se traduce en empleo de calidad y se profundiza un camino de precarización laboral constante, la ofensiva de los monopolios dispara la inflación que devora los salarios. Los niveles de pobreza se encuentran en porcentajes obscenos, inadmisibles en el país productor de alimentos.

Este escenario de crisis debe ser abordado de manera urgente, que no recurra a paliativos, sino a definiciones políticas de fondo que nos permita poner en agenda las demandas cruciales de las grandes mayorías. Mejorar las condiciones de vida del pueblo, necesita de decisiones políticas que apunten a distribuir la riqueza por lo que inevitablemente implica avanzar sobre quienes se han enriquecido aun en medio de la tragedia sanitaria. Mientras la gran mayoría se alimentaba (y se alimenta) en ollas populares, otros triplicaban sus riquezas, evadían y fugaban (y lo siguen haciendo). Se ha ampliado la desigualdad a niveles intolerables.

No se dignifica un pueblo pidiéndole permiso a los monopolios, a los agroexportadores, a los grandes industriales, ni haciendo caer sobre las espaldas del pueblo el pago de una deuda que nos condenó a muchos y benefició a unos pocos.

Somos Historia, somos Resistencia, somos Unidad, somos Lucha, soñamos y nos merecemos un país justo, igualitario, solidario, soberano e independiente por eso hoy venimos a plantear:
- La urgencia de aplicar todas las medidas necesarias para frenar la especulación y el abuso por parte de los monopolios y los formadores de precio, y parar la inflación.
- Recomposición del poder adquisitivo del conjunto de la clase trabajadora ocupada y desocupada, formal e informal.
- Generación de trabajo genuino, que ponga fin a la precarización laboral en el ámbito privado y estatal en todos los niveles (municipal, provincial y nacional)
- Cese a la persecución sindical en todos los ámbitos, garantizando la libertad y la democracia sindical, respetando las tutelas y los derechos constitucionales de los trabajadores y las trabajadoras. Repudiar también la estigmatización de los abogados y abogadas laboralistas.
- Equiparación salarial y laboral de las mujeres en los ámbitos de trabajo. Avanzar en el reconocimiento de las tareas de cuidado.
- Reconocimiento a los trabajadores de la Economía Popular, destacando la importancia del trabajo cooperativo y la necesidad de su dignificación y fortalecimiento. Como así también, valorizar a los trabajadores de la tierra que apuestan a una economía campesina y familiar construyendo soberanía alimentaria con producciones sanas y sustentables.
- Democratizar la justicia con una profunda reforma que acelere plazos y garantice cumplimiento de sus fallos en plano laboral.
- Avanzar en la recuperación de la soberanía sobre el río Paraná que nos permita un desarrollo independiente recuperando recursos que se van producto de la evasión de los grandes agroexportadores.
- Que la deuda contraída por el gobierno de Macri no la paguemos los trabajadores y las trabajadoras y los sectores populares, que la paguen quienes la fugaron.

El gran desafío de nuestra clase hoy es poder construir y disputar una agenda político social que nos permita ser protagonistas del país que soñamos, que nos fortalezca para enfrentar a quienes históricamente nos han condenado al sufrimiento. Para eso necesitamos profundizar la unidad, crear los espacios necesarios para el debate, fortalecer nuestras organizaciones y reivindicar a la movilización popular como herramienta necesaria.

¡Con decisión y convicción, en unidad venceremos siempre compañeros y compañeras!!
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