Saboteamos nuestra propia temporada turísitica y la imagen de la ciudad

Ante la llegada de la temporada veraniega, la ciudad se prepara para recibir a los turistas, ya sea desde la puesta a punto de los prestadores con sus inversiones y trabajos, como el Estado Municipal en sus competencias. En ese plano, ambos participan de la Feria Internacional de Turismo y se invierte en publicidad en medios nacionales y en las redes sociales a los efectos de atraer visitantes a Gualeguaychú.

Lamentablemente, gran parte de todo ese esfuerzo público-privado en mostrar la ciudad se desvanece en un segundo. El paraíso que intentamos vender, se desmorona con una postal tristísima de la Gualeguaychú turística de hoy: el conflicto no resuelto de la Terminal de Ómnibus, es una puñalada al orgullo gualeguaychuense.

La ausencia total del Ejecutivo Municipal en el conflicto es intolerable. Que en plena temporada los pasajeros suban y bajen de los micros fuera de la Terminal no ha generado reacción alguna en el intendente, demostrando que la actividad turística no está en sus prioridades.

Aclaremos algo: el transporte es un servicio público. La Municipalidad está obligada a mediar porque tiene el deber de asegurar una terminal que funcione normalmente. Que se impida el uso por parte del concesionario genera riesgos para quienes están en ese lugar y deben descender o ascender en la calle, debido a que los ómnibus no pueden entrar. No es un conflicto esencialmente entre privados porque la Municipalidad está obligada a asegurar el servicio público de transporte y no puede desentenderse del problema cuando estamos en una época de mucho uso dada la afluencia turística.

Hay que convocar de forma urgente a los prestadores y a la sociedad concesionaria Rotonda Group a acercar posiciones y que entiendan que no sólo están en juego diferencias económicas derivadas del precio fijado al derecho de andén, sino la eficaz prestación de un servicio que compromete al interés público. El municipio no puede ser espectador y esperar a que la justicia decida quién tiene razón; y dicha intervención no puede circunscribirse a hacer multas. Eso no alcanza en absoluto. El intendente debe intervenir para conseguir soluciones no para sumar unos pesos más al área de Rentas. Debe adoptar medidas y acciones concretas dirigidas a reducir el conflicto o resolverlo definitivamente. La imagen que entrega la ciudad en estos días es lamentable y Piaggio no puede hacerse el distraído.

En verdad no es tema menor. Está en juego la seguridad de los pasajeros y la imagen de la ciudad, porque más allá de que se han perdido días preciosos y mucha gente ya se fue con una mala percepción de la ciudad, hay que corregir para lo que viene. Está comprobado que un solo hecho negativo fuerte empaña unas vacaciones y la imagen de ese destino. Por ello, no tiene lógica alguna tanta indiferencia. Lo más grave de esto es que las consecuencias no las va a sufrir la gestión comunal, porque la experiencia bochornosa de miles de turistas estará asociada a la ciudad. Estamos saboteando nuestro futuro. Pero pareciera que poco importa.

Es cierto que los turistas no votan, sólo esperemos que esa no sea la razón de tanta desidia.


(*) Andrés Sobredo es concejal de Nuevo Espacio.

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