Sentado frente a su computadora en la mañana del 10 de marzo de 2020, Sebastián Vega publicó en las redes sociales su confesión en forma de carta sin saber todo lo que vendría después. “La verdad nos hace libres”, escribió como resumen de su texto. La repercusión fue inmediata ante el anuncio del primer basquetbolista profesional abiertamente gay de Argentina.

Un año después, ya recuperado de coronavirus y a la espera del viaje a Buenos Aires para afrontar los partidos contra Boca, Vega recorre las sensaciones de una temporada en la que rubricó una de las mejores campañas de su carrera: fue el máximo anotador de su equipo, superó los 1.000 puntos con la camiseta de Gimnasia y Esgrima y estableció su récord anotador con sus 37 puntos frente a Oberá.

“Es increíble que haya pasado tan rápido este último año, la verdad es increíble. Estoy muy contento. En su momento, cuando publiqué la carta, sentí mucho el apoyo y el cariño de todo el ambiente del básquet y me hizo sentir muy querido. Fue muy emocionante, durante mucho tiempo, me sentí muy bien. Pude sacarme una gran mochila, sentirme tranquilo, poder ser yo realmente y disfrutar mucho más aún a la hora de jugar. Estoy tranquilo, disfrutando, muy contento y enfocado en lo que tengo que hacer”, le explica a Prensa AdC en una charla larga y profunda.

-¿Sentís que esa confesión tuvo un impacto en tu rendimiento?
-Sí, sin dudas. En una de las tantas charlas que tuve con tanta gente antes de publicar la carta, le dije a un amigo: ‘Mirá si después de que publico la carta empiezo a jugar mal’. Uno piensa que van a pensar, uno piensa todas las posibilidades… Pero mi amigo me dijo: ‘Seba, jugaste durante ocho o diez años con una mochila enorme en tus hombros, imagínate que cuando te saques ese peso, esa mochila, vas a jugar mucho mejor, vas a jugar más liviano, vas a disfrutarlo mucho más’. Y dicho y hecho, fue así. Y no por que se haya notado en los resultados o estadísticamente, fue desde un lugar personal, donde realmente lo disfruté, me pude sentir mucho más tranquilo, y estar más contento en la cancha. Sin dudas que la confesión me ayudó a mi rendimiento.

-Más allá del nivel dentro de la cancha, en tu posteo contaste que en 2014-15, por ejemplo, te lesionabas todo el tiempo. ¿En lo físico también te ayudó sacarte esa mochila?
-En un momento me sentía que estaba muy rígido, por no poder decir lo que uno es o estar tranquilo. Estaba todo el tiempo en guardia, gastando mucha energía en otras cosas que en lo que realmente tenía que consumirla, en entrenar y trabajar. Y por ahí, ocultar un montón de cosas, hacen que uno se sienta mal, que uno no se sienta como quiere, que eso lo lleve a estar en condiciones donde no se siente cómodo. Esto provocaba que me lesionara, tuve una fascitis plantar en su momento o la fractura en el hombro. Si bien son situaciones que a uno le toca vivir como jugador, y no te puedo decir con certeza que me lesionaba por eso, si creo que tiene mucho que ver que en ese momento no podía expresar cómo me sentía, cómo la estaba pasando y el cuerpo lo había empezado a notar.

-¿Cómo es vivir con ese peso sobre tus hombros?
-Es tan difícil vivir con estas cosas… Por ahí me pasó durante mucho tiempo con mis amigos que me decían por qué no se los había contado antes, que eran mis amigos y demás. Es parte del proceso, uno va haciendo lo que va pudiendo, según las herramientas que tiene en ese momento. Yo no sabía con quien sentirme identificado, es muy difícil poner en palabras algo que uno ni siquiera saber que le está pasando. Eso el cuerpo lo empieza a sentir, empieza a sentirse sinceramente mal. Yo con mi viejo tenía una relación muy conflictiva en ese momento, no sabía ni yo lo que me pasaba y no podía llevarme bien con mi papá. El entorno se empieza, no a volverse hostil, pero uno empieza a sentirse fuera de lugar, incomprendido, con una sensación fea. Y eso lo lleva a uno a aislarse, a dejar de hacer cosas. A mí me toca en el tema de la sexualidad, pero hay mucha gente a la que le puede tocar en otros temas. Hay un montón de situaciones que te llevan a meterte para adentro, a estar metido, no hacer cosas o dejar de hacer cosas para no exponerte a situaciones incómodas que no sabés cómo resolverlas. Obviamente eso trae repercusiones no sólo en lo deportivo, sino también en la vida cotidiana. Cuando eso empieza a cambiar, que uno puede hacer que cambie, todo empieza a cambiar. Desde ese lugar, me cambió la vida por completo, y para bien.

-Una de tus preocupaciones era cómo reaccionarían los extranjeros de la Liga ante tu carta, que tal vez tenían otra perspectiva o idiosincrasia. ¿Qué pasó con ellos?
-Cuando empecé a pensar en la carta, a planificarlo, muy pocas personas lo sabían. Empecé a contarles y a preguntarles qué opinaban, porque uno quiere acaparar todo, pensar qué va a decir tal persona, qué van a decir los extranjeros, qué va a decir el otro. La cabeza te empieza a jugar una mala pasada. Por suerte tengo amigos de oro, y a uno le pregunté qué iba a pasar con los extranjeros, qué iban a decir. Él se paró y me dijo una frase que me quedó grabada: ‘Esto es una liga nacional, y al fin y al cabo no te tiene que importar lo que puedan pensar’. Y creo que eso me sirvió para todo, no podés complacer a todos, o que todos piensen lo mismo. Al principio me daba mucho miedo todo lo que pudieran llegar a decir, la hinchada me paralizaba, era un tema que no podía resolver hasta que dije ‘ya está, no puedo con todo’. Ahí me relajé, me dije ‘no puedo complacer a todos’, no puedo hacer que todos piensen algo lindo.

-¿Te sentiste incómodo durante algún momento de la temporada?
-La verdad, estoy muy sorprendido para bien, porque todo se dio con una naturalidad que me sorprende. Es espectacular, como tiene que ser en realidad, tomado con total naturalidad. Creo que cambió mucho para bien, a la hora de hablar, de decir las cosas. Compañeros, amigos, gente conocida del ambiente se me acercaba para preguntarme ‘cómo se dice esto, porque no quiero decir la palabra tal, entonces cómo se dice tal cosa’. Siempre desde el respeto, desde ese lugar, creo que se ha armado toda una construcción y que se está perdiendo la ignorancia en un montón de cosas. La verdad es que es re lindo, y yo también aprendí un montón de ellos. Yo tenía el prejuicio de que los jugadores de básquet eran homofóbicos, pero la verdad es que me sorprendieron para bien, especialmente mis compañeros, nunca me hicieron a un lado, nunca me hicieron un comentario fuera de lugar. Estamos aprendiendo todos, lo más importante es hablarlo, que no siga siendo un tema tabú, y que pueda hablarse de un modo totalmente natural.

-¿Sentís que sigue siendo un tema tabú?
-No se si es un tema tabú, pero sigue siendo noticia, y si sigue siendo noticia es que todavía falta un largo camino por recorrer. Es fundamental que se hable, que se siga comunicando, que se siga comunicando bien y de una buena forma, porque todos estamos aprendiendo y se tiene que seguir hablando para que el deporte sea realmente incluso como siempre digo, porque en el deporte tiene que haber lugar para todos.

-¿Pensas que el tema a veces es tabú hasta para los propios protagonistas?
-Exactamente. Principalmente, si sigue siendo noticia que un deportista es gay, es porque todavía falta un montón. Ojalá que en un futuro próximo deje de ser tabú, que no se tenga que hablar, que no esté en discusión si una persona es gay o no, y que realmente el deportista pueda hacer lo que quiera. Pasa que la vida privada del deportista está muy expuesta, y pasan estas cosas. Es raro, por ejemplo, que en el fútbol ninguno haya salido, no porque no haya, sino porque debe de haber una presión muy grande que debe ser muy difícil de soportar. No es que quiero que haya, es un tema estadístico, es muy raro que no haya. Ojalá en un futuro muy próximo esto no tenga que ser noticia, pero bueno, por ahora hay que hacerlo público para que esto empiece a cambiar y tenemos que seguir hablando del tema para que deje de ser tabú.

- ¿Se te acercaron colegas del ambiente, de otros deportes o incluso por fuera del deporte para pedirte consejos?
-En el basquet no tanto, solamente el chileno Daniel Arcos (NdeR: en junio de 2020 también publicó su carta en redes sociales) que hablamos antes de que haga publica su carta. Después fueron muchas historias por fuera del básquet, mucha gente acercándose, diciendo ‘soy gay, pero no puedo hablarlo con mis padres, qué me recomendás, qué puedo pensar, qué puedo hacer’. Muchas historias, muchas historias de padres que tenían un hijo y le había dado mucho valor para contárselo a sus amigos, creo que esa era la idea, era el mensaje que hay que decirlo, que cada uno puede ser lo que quiera ser, pero desde mi lugar siempre estoy dispuesto para ayudar y creo que se entendió exactamente el mensaje que yo quería dar y eso es lo importante.

-Uno de los principales temores que tenías era el de quedarte sin trabajo. Supongo que la renovación que te extendió Gimnasia fue una garantía que te tranquilizó en ese sentido, ¿no?
-Cuando yo hice la carta, la idea fue hacerlo en conjunto con el club para que el comunicado fuera a través del deporte. El deporte tiene que ser inclusivo y, desde mi lugar y mi experiencia personal, lo fue. Gimnasia me abrió los brazos y apoyó siempre. Con la carta me súper bancó. Me dio mucha tranquilidad porque yo pensaba que me podía sin trabajo, que me iban a hacer a un lado por el tema de mi sexualidad, por mi orientación sexual. Cuando renovamos, sentí mucha confianza, fue un gran respaldo. Y lo más importante es que me valoraron como jugador, más allá de lo que uno puede elegir como orientación sexual, te das cuenta que lo importante es lo que hace dentro de la cancha, como deportista, y que por eso te contratan.

-Durante mucho tiempo viviste con miedo. ¿Hoy cómo vivís?
-Con una libertad y una tranquilidad increíbles, muy relajado. Hoy justo me crucé a un amigo y me dijo: 'Se te ve súper relajado, se te ve súper contento". Creo que de eso se trata.

Relajado, tranquilo y feliz, Vega afrontará la serie de Reclasificación frente a Hispano por un lugar en los cuartos de final de los playoffs de la Liga Nacional que comenzará este jueves 15 de abril a las 19 horas. El duelo debió ser reprogramado, al igual que el cruce entre Obras y Comunicaciones, debido a numerosos casos de coronavirus. El alero de Gimnasia fue una de las víctimas del virus que aqueja al mundo.

-¿Cómo la pasaste con el Covid?
-Bien, la verdad es que bien. Gracias a dios tengo el alta hace un par de días y eso es lo más importante. No tuve síntomas importantes, por suerte fueron todos síntomas leves. Me tocó pasarlo y nada, por suerte ya está, es algo que ya pasó. Estoy contento y enfocado en lo que viene. Me pegó bastante tranquilo, intenté descansar, porque el cuerpo te pide descanso y le hice caso. Ya tengo el alta médico, desde el sábado, así que pude empezar a entrenarme un poco.

-¿Te quedó alguna consecuencia o sentiste algo diferente en tu regreso a los entrenamientos?
-La verdad es que se siente. Cuando te lo dicen uno piensa si es para tanto, pero cuando te toca la verdad es que se siente bastante. Obviamente hicimos todos los estudios correspondientes, dos ecodoppler para ver si estaba todo en condiciones, y gracias a dios está todo bien. Eso si, a la hora de entrenar, especialmente los primeros dos días, fueron los más jodidos. Ahora duele un poco el cuerpo, pero trataremos de llegar de la mejor manera a los playoffs.

-¿Qué balance hacés de la temporada?
-Hicimos una muy buena temporada, terminamos quintos, con un montón de cosas que nos pasaron como a todos: lesiones, el equipo contagiado de Covid casi la gran mayoría, ahora otra vez. Son situaciones que hay que ir sorteando, pero pese a los obstáculos hicimos una gran temporada. Obviamente nos hubiese gustado estar dentro de los cuatro primeros y pasar la fase de Reclasificación, pero logramos la posición que mejor pudimos y estamos muy conformes. Ahora sabemos que llega la parte más importante que es conservar ese lugar e ir por más.

-En lo personal también fue un gran año. ¿Crees que fue tu mejor temporada?
-Me siento muy cómodo, muy contento. Creo que eso se notó en los números, pero mucho tiene que ver el equipo. La confianza del cuerpo técnico y de mis compañeros. Me siento muy cómodo acá y a la hora de jugar se nota. Más aún sabiendo que tenemos trabajo en esta situación tan complicada y que podemos seguir haciendo lo que tanto nos gusta.

-¿Cuál es la principal virtud de Gimnasia?
-Principalmente es el trabajo en equipo, porque siempre tenemos la rotación de pelota, buscamos al compañero mejor posicionado para tomar los tiros, confiamos en el compañero que tenemos al lado. Tenemos una idea muy clara, hace tres años que tenemos una base de jugadores que saben cómo queremos jugar, cómo quiere jugar el entrenador y eso nos da un extra. El conocimiento con los compañeros hace que cada uno pueda saber qué le gusta al otro y qué no, donde se siente cómo, que hace mejor cada uno y se nota.
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