*Escribe Paola Robles Duarte

El lunes pasado, el Intendente Martín Piaggio encabezó una conferencia de prensa en la que buscó acercar tranquilidad a la comunidad respecto a la mejora en los indicadores sanitarios producto del enorme esfuerzo de los vecinos de Gualeguaychú en el marco del cumpliemiento del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) declarado formalmente el pasado 27 de agosto. A cada lado, dos de los integrantes del mayor efector sanitario del departamento -el director interino del Hospital Centenario, Martín Roberto Piaggio, y el director del Banco Único de Sangre, Dr. Luis Castillo- fueron tomando la palabra conforme lo pautado.

Hasta aquí, un solo cambio en la mesa que semana tras semana encabezó una misma trinidad de funcionarios para brindar mensajes a la población: esta vez la secretaria de Gobierno -Delfina Herlax- ya no era de la partida: en este caso, todavía, no había nuevas habilitaciones que comunicar. El mensaje estaba centrado en el tema sanitario.

Pero el problema, radica en todo lo demás: Detrás de aquella escena configurada para la masculinidad en un primerísimo plano, tres mujeres que ocupan lugares importantes -al menos desde lo nominal- en la política local, permanecían sentadas contra la pared, luciendo sus barbijos, constituyendo una especie de fondo virtual que aparentaba tener poco que ver con todo aquello que se estaba diciendo a escasos dos metros de distancia.

Quienes conocemos el salón del Concejo Deliberante sabemos que es lo suficientemente extenso como para ubicar a los participantes de una manera -al menos- más inteligente, y evitar esta publicidad en colores de la desigualdad política y estructural subyacentes en la política local.

Detrás de los tres hombres que conducían el evento, se encontraban tres mujeres: la vice intendenta Lorena Arrozogaray, la diputada provincial Mariana Farfán y la antes mencionada secretaria de Gobierno, Delfina Herlax. El retrato a colores de Sic Mundus*, sería gracioso si no fuera una captura de la realidad.

Tal vez, uno de los principales indicadores del problema es que ninguno de los que dispusieron esa conferencia, lo haya notado o haya considerado importante, proponer otra manera el armado de ese escenario. Flaco favor al progresismo y a esa tierra -siempre en disputa- de lo simbólico que tanto le gusta visitar a Piaggio cada tanto.

Nota mental para los organizadores: la batalla cultural está en todas partes. Sí, también en una foto.

Quien sí notó lo grosero de la puesta, y pocas horas después usó la red social Facebook para manifestar su opinión, fue la ex concejal Guillermina Guastavino -quien actualmente se desempeña dentro del Ministerio de Producción, Turismo y Desarrollo Económico-: "Lo de las mujeres atrás es por protocolo sanitario, no?", lanzó irónica Guastavino.
Pero el comentario de Guastavino solo indica la punta del iceberg, es el dedo que señala -ante la evidencia- el rol asignado a la mujer para la construcción y el ejercicio del poder en la estructura política -en este caso- de la gestión municipal. Aunque es una obviedad decir que crear áreas, izar banderas, conmemorar fechas, subir banners a una web, etc, son pasos -desde ya necesarios, pero parte de una primera etapa que ya transitamos- en la gran lucha cultural que existe en todos los ámbitos de nuestra sociedad y que también se refleja en la manera de hacer política, vale la pena encender las alarmas, cuando la naturalización acecha y la invisibilización amenaza a todo aquello que valientemente los colectivos de mujeres y diversidades han puesto en el centro del debate mientras atravesamos la espesura de la pandemia.

En diálogo con R2820 Guillermina, opinó: "La foto de la última conferencia de prensa del Intendente Martín Piaggio me generó dolor por ver a compañeras mujeres que sé que están muy comprometidas con la situación actual sentadas en un segundo plano, me generó incomodidad y mucha bronca también".

"Eso fue más o menos lo que quise expresar a través de mis redes. Aunque esa foto no deja de poner en evidencia aquello contra lo que las mujeres estamos luchando desde hace algún tiempo. No sólo reivindicar el rol de la mujer en la política sino en muchos otros espacios. Que esa foto se haya dado, que entiendo pudo haber sido un descuido, no hace más que demostrar que estamos a mitad de camino y que todavía hay mucho por debatir, concientizar y hacer visible", cerró Guastavino.
CON LOS OJOS ABIERTOS
No sólo las mujeres que mueren a diario o la violencia en los hogares asediados por la crisis económica imperante, sino también las tareas de cuidado casi exclusivamente a cargo de las mujeres y las niñas, la perspectiva de género en el trabajo del personal de salud, la defensa de la alegría de los chicos sin escuela, la pelea de las diversidades por abrirse paso en el mundo laboral -y sobre todo, en un mundo sin violencias-, las adultas mayores que ya no pueden cuidar y que se encuentran con que no tienen quien las cuide, y así podríamos seguir enumerando todo lo que la pandemia ha evidenciado, la venda que arrancó de los ojos de muchos, para siempre.

Entonces, cuando miramos esa imagen, no podemos permitirnos hacer de cuenta que no es un mensaje, porque sí lo es, más allá de las buenas voluntades individuales. Y digo todo esto sin hacerlo en detrimento de los varones que estaban sentados en esa mesa con todos sus privilegios de clase y género.
Esto también se llama Patriarcado
Consultadas para esta nota, algunas de las mujeres de esa foto -y alguna otra que forma parte de ciertos convites a las mesas donde se toman decisiones de gobierno- prefirieron no dar en voz alta su opinión. Es respetable. Incluso, tal vez -me animo a la conjetura- puede ser parte de aquello que está en debate. Y ojalá que lo esté. Porque aunque sea una obviedad, vale la pena decir que el patriarcado también canta la marcha peronista: porque es el patriarcado y lleva siglos entonando varias las canciones.

En la mañana de este miércoles charlé al aire de R2820 en la 100.3 con la diputada provincial Mariana Farfán, sobre varios temas de la agenda de la Cámara Baja de la Provincia. Pero al final, no pude evitar preguntarle sobre esta foto que debe incomodarnos, sean quienes sean las mujeres sentadas contra la pared: "La verdad es que fuimos a hacer un acompañamiento de lo que tenían que informar y quienes estuvieron delante de la mesa eran quienes iban a exponer, pero eso no significa que la foto no demuestre una realidad".

"Casi todos eran hombres. Es una ilustración de los lugares donde existe el predominio de lo masculino y a los que ingresar es todo un desafío", agregó la diputada.

"Cuando hablamos de la paridad de género, hablamos de eso", dijo en otro tramo de la charla Farfán señalando esa foto que es, sobre todo, un recorte de la desigualdad estructural en la política.

¿Hay políticas públicas con perspectiva de género sin mujeres integrando los espacios donde se toman las verdaderas decisiones? ¿Las hay sin una agenda que transversalice todos los temas, sin presupuesto para abordar los problemas cotidianos y para soñar nuevas soluciones? Preguntar hasta que -y para que- llegue el futuro, y repudiar este tipo de imágenes, es una partecita -pequeña pero ineludible- de lo que podemos hacer para erradicar la desigualdad.


(*) Comunidad secreta que forma parte la trama de la serie Dark.
Opinion
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