El proyecto, dirigido por Martín Zalazar (Laboratorio de Prototipado Electrónico y 3D), tiene como objetivo analizar las características de la lágrima con un dispositivo médico que se encuentra en etapa de prueba.

“Estamos desarrollando un biosensor basado en la tecnología de microbalanza de cristal de cuarzo (QCM). Abordamos el problema global del síndrome de ojo seco, que afecta a 350 millones de personas en todo el mundo y conduce a problemas de visión e incluso ceguera”, explicó Zalazar.

La solución propuesta “es un biosensor de vanguardia que ofrece una evaluación rápida y no invasiva de las lágrimas y también personaliza el tratamiento, lo que lo convierte en un punto de inflexión en oftalmología y en varias especialidades médicas en general. Las lágrimas son un fluido corporal crucial para mantener la salud ocular, y su calidad y cantidad pueden estar relacionadas con varias patologías sistémicas”, profundizó.

En este sentido, sostuvo que el dispositivo desarrollado “beneficiará a pacientes con síndrome de ojo seco y otras patologías oculares relacionadas. Estos pacientes suelen experimentar una variedad de síntomas debido a una película lagrimal inestable. El diagnóstico preciso ayudará a los oftalmólogos a evaluar la efectividad de los tratamientos y a realizar intervenciones oportunas para mejorar la salud ocular de los pacientes”.
Acerca del estudio y cómo inscribirse
Quienes tengan interés en participar como voluntarios deberán completar sus datos en el formulario disponible en este enlace. La convocatoria está destinada a personas de entre 18 y 80 años, que deberán presentarse en el Centro de Medios de la Facultad de Ingeniería (Oro Verde, Ruta provincial 11 km 10). Al respecto, Zalazar indicó que el estudio de lágrimas tendrá lugar hasta el 12 de abril, pero podrá extenderse de resultar necesario.

La finalidad es “establecer un rango de normalidad mediante la evaluación de la lágrima utilizando el biosensor desarrollado. Para ello, se llevará a cabo una sesión de 10 minutos en el Laboratorio de Prototipado de la Facultad, donde se entrevistará a los participantes para obtener información como edad, peso, sexo y antecedentes relevantes. Luego, se procederá a la obtención de muestras de lágrimas, de manera no invasiva y sin dolor, con un capilar descartable y, finalmente, serán analizadas”, detalló.

Consultado sobre el siguiente paso, una vez completada esta etapa, el investigador refirió que buscarán “dirigirnos hacia una población con alguna patología ocular específica. Utilizaríamos los mismos procedimientos de recolección de muestras de lágrimas y análisis, pero esta vez enfocándonos en pacientes diagnosticados con la patología en cuestión”.

Fuente: R2820/UNER Medios.
Ciencia
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