En el marco de una investigación que lleva adelante el Área de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Salta, a cargo del fiscal federal Ricardo Toranzos, el juez federal de Garantías N°1, Julio Bavio, hizo lugar el viernes a la ampliación de la investigación penal seguida contra ocho presuntos integrantes de una organización narcocriminal, cinco de los cuales eran miembros de Gendarmería Nacional en actividad, dados de baja o a punto de ingresar a la fuerza. Según la investigación, trasladaron más de 334 kilos de cocaína y operaban en el NOA, NEA y Buenos Aires, aunque no se descarta que tuvieran nexos de orden trasnacional.
En este caso, la audiencia se dirigió principalmente contra Jonathan Leonel Ostapowicz y Richar Ariel Delgado (exgendarme), dos comerciantes detenidos el 25 de febrero pasado en la ciudad de Posadas, en Misiones, como resultado de varios allanamientos que también derivaron en el secuestro de tres vehículos de alta gama, más de 20 teléfonos celulares, nueve computadoras, armas, más de 16 millones de pesos, 1.800.000 guaraníes, 1.709 reales y poco más de 6.000 dólares.
A requerimiento de la fiscalía, el magistrado dio por formalizada la imputación contra ambos detenidos por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes, en calidad de coautores. Asimismo, ordenó que permanezcan bajo prisión preventiva y autorizó una serie de pericias y admitió el levantamiento del secretario bancario y bursátil de los dos imputados, uno de los cuales -Delgado-, es hermano de un gendarme detenido en mayo del año pasado con más de 300 kilos de cocaína en una camioneta, lo que dio origen a la investigación.
Cinco gendarmes imputados
Por sus características y a pedido expreso del fiscal, el caso fue declarado de carácter complejo, ya que la mayoría de los acusados tienen vinculación directa con Gendarmería Nacional, dos de ellos estaban en actividad cuando fueron detenidos, en tanto, que otros dos habían sido dados de baja y un quinto estaba por ingresar a esa fuerza.El representante del Ministerio Público Fiscal explicó que este tramo de la investigación contó con la colaboración de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), a cargo del fiscal general Diego Velasco; de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR) NOA y NEA, a cargo de los fiscales Diego Iglesias y Eduardo Villalba; la Fiscalía Federal de Gualeguaychú (Entre Ríos), a cargo del fiscal federal subrogante Pedro Rebollo, y la de Hurlingham (Buenos Aires), a cargo del fiscal federal Santiago Marquevich.
También destacó tanto la labor del personal de Gendarmería Nacional, del Grupo Operativo Conjunto de Lucha Contra la Criminalidad Organizada del Noreste Argentino y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, involucrados en la investigación del caso.
Entre otras medidas resueltas en la audiencia, el juez hizo lugar al pedido de la fiscalía a fin de prorrogar la investigación penal del caso, respecto a los otros seis acusados: Diego Hernán Delgado (gendarme), Federico Rubén Batista (gendarme), Gabriel Osvaldo Ruiz Apaza, Francisco Agustín Flores (estaba por ingresar a Gendarmería), Adrián Emilio Escarlata (exgendarme) y Marlene Leonor Hañek.

El caso
Al presentar la acusación, el fiscal Toranzos explicó que la investigación se inició el 19 de mayo del año pasado tras la detención de Diego Delgado, un cabo de Gendarmería que fue arrestado en la ruta provincia N°5, a la altura del kilómetro 170, en la localidad salteña de General Pizarro, en el departamento de Anta.Delgado, quien cumplía servicio en el Destacamento Móvil N°1 de Campo de Mayo de esa fuerza, circulaba a gran velocidad al mando de una camioneta Volkswagen Amarok de norte a sur, con rumbo a Buenos Aires. El fiscal recordó que el cabo vio el control del Escuadrón 45, pero detuvo su marcha metros más adelante y bajó las ventanillas para que sus colegas vieran su uniforme de gendarme y un bolso, también propio de esa fuerza, aparentemente, con la intención de relajar la atención de sus camaradas.
Pese a ello, los gendarmes revisaron el vehículo y descubrieron en la caja del rodado, vieron cajas de cartón, de las que sobresalían varios paquetes de droga, tipo “ladrillo”.
En total, Delgado transportaba más 303 kilos de cocaína, carga valuada en más de 4.000 millones de pesos. “A partir de este procedimiento, y el secuestro del teléfono del gendarme, se inició una investigación que dejó al descubierto un complejo entramado de maniobras ilícitas”, explicó el fiscal.
Con la intervención de la auxiliar fiscal Carolina Aráoz Vallejo y el investigador del MPF Facundo Saravia, la fiscalía logró identificar y detener a Batista el 10 de octubre último, quien también era gendarme en actividad en Campo de Mayo.
Según la pesquisa, se pudo establecer que Batista, pese a estar de turno, se había ausentado de sus funciones para abordar un vuelo hasta Posadas, donde recibió la camioneta VW Amarok de manos del ahora detenido Ostapowicz, con el mandato de llevar el rodado a Delgado, quien utilizó dicho vehículo para dirigirse a Orán, cargar la droga y regresar a Buenos Aires.
Toranzos sostuvo que la investigación avanzó y que, a partir de las pericias telefónicas y las tareas de campo, se logró interceptar un segundo transporte de cocaína en la localidad salteña de Rosario de la Frontera, por poco más de 31 kilos.
Ese procedimiento ocurrió el 26 de octubre sobre la ruta 34, a la altura del puesto de control de El Naranjo, y dejó como saldo la detención de Escarlata, quien había sido dado de baja de Gendarmería, su pareja, Hañek; Ruiz Apaza y Flores.
El transporte de la droga, que iba oculta en el interior de una rueda de auxilio, se hizo bajo la modalidad de convoy, con dos camionetas. En una VW Amarok iba Escarlata y su pareja, con el estupefaciente. Como coche puntero, en tanto, lo hacían Ruiz Apaza y Flores, en una camioneta Toyota.
En el procedimiento, entre otros puntos destacados, el fiscal resaltó el intento de Escarlata por destruir su teléfono celular tras descubrirse la droga dentro de la rueda de auxilio. La pericia de ese teléfono luego fue clave para recuperar información que lo incriminaba tanto a él como al resto de los imputados.
Los nuevos detenidos
La conexión con los dos nuevos detenidos, en tanto, Toranzos se la adjudicó a la colaboración aportada por los fiscales federales Rebollo, de Gualeguaychú, y Marquevich, de Hurlingham, pues ambos llevan adelante también causas penales complejas, en las que Ostapowicz y Richar Ariel Delgado -exgendarme y hermano de Diego-, estarían vinculados con actividades de narcotráfico y lavado de activos.Remarcó el importante despliegue realizado el martes de la semana pasada, cuando se realizaron allanamientos en las ciudades misioneras de Bernardo Irigoyen y Posadas, en la salteña de Orán y en la provincia de Buenos Aires, calificados por la fiscalía como exitosos, tanto por la detención de los dos comerciantes, como por el secuestro de dispositivos electrónicos, máquinas de contar billetes, armas como una pistola y una escopeta, dinero, un auto marca Mercedes Benz y dos camionetas Jeep y Ford Raptor.
Los allanamientos se hicieron en las viviendas de los dos acusados y también en un estudio contable, entre otros inmuebles identificados.
Los tutoriales del grupo de WhatsApp “Los Peluches”
Además de identificar a los acusados, la información extraída de los teléfonos secuestrados, permitió descubrir que los imputados habían creado un grupo de WhatsApp llamado “Los Peluches”, a través del cual, se sospecha que interactuaban sobre detalles de las actividades ilícitas que llevaban adelante.Allí se hallaron audios en los que, al estilo de tutoriales, uno de los imputados, Escarlata, enseñaba como “embutir” la droga en los vehículos. Incluso, en uno de ellos, sugirió como algo novedoso utilizar la parte del respaldar de los asientos para ocultar los paquetes de droga.
También se impartían instrucciones respecto a cómo actuar ante los controles de Gendarmería, pues explicaban los protocolos internos impartidos al personal de esa fuerza, con lo cual ponían a los implicados en una posición ventajosa.
Entre otros diálogos exhibidos por la fiscalía, destacó uno en el que Delgado alertó sobre la apertura de un nuevo puesto de control fijo en la localidad salteña de Joaquín V. González, con el cual se vería reforzada la presencia de esa fuerza en el sur de la provincia.
Richar Delgado también había sido dado de baja de la fuerza federal, en su caso, por haber sido descubierto cuando transportaba una importante cantidad de dólares en su vehículo. Junto a Escarlata y Ostapowicz, eran los que tenían la voz de mando, según explicó la fiscalía.
Además de resaltar la cantidad de elementos secuestrados en poder de los dos comerciantes detenidos en Posadas, el fiscal señaló que ambos acusados están siendo investigados en otras causas por maniobras de lavado de activos en las provincias de Misiones, Entre Ríos y Buenos Aires, lo que daba cuenta de la magnitud de la organización y el entramado creado, tanto para mantenerse en la impunidad como para acumular las ganancias millonarias obtenidas por los transportes de estupefacientes.
Fuente: Fiscales