Daniel Tirso Fiorotto
Puerto Ruiz alza la voz por el silencio
No se trata de un freno a la actividad económica, lo que pidieron, sino un sencillo cambio de lugar para no afectar a la población y al paisaje. Es que el terreno cuestionado linda con una reserva natural y está a pasos de las viviendas y las aulas.
Los demandantes aseguraron que el trabajo al lado de Puerto Ruiz generará un “alto impacto negativo”, cosa que no ocurrirá en esa magnitud si habilita el emprendimiento en el parque industrial ya aprobado por la nación, con 200 hectáreas a sólo 5 kilómetros del puerto, sobre el mismo río, donde se ha instalado hasta el momento sólo una empresa.
El lugar autorizado está pegado a Puerto Ruiz y a la Reserva natural de usos múltiples Santa Adelina, declarada por ley 11012. La intendenta de Gualeguay, Dora Bogdan, recibió el pedido de relocalizar la actividad, con 156 firmas de vecinos. Al mismo tiempo, los responsables de Santa Adelina le mandaron una carta a la secretaria de Ambiente de la provincia, Rosa Hojman, con argumentos firmes sobre el impacto. Carlos Weber y Cristina Arias señalaron en el texto que el municipio “ha otorgado permiso de uso de suelo para depósito y acopio de arena a Walter Lezcano (Ex arenera Vita)” pero a la vez recordaron que en esa Secretaría se hallan en trámite expedientes de la misma firma para el acopio y la extracción de arena. “No escapará a su entendimiento nuestra gran sorpresa porque el trámite de la autorización de la planta de acopio de ese material, al separarse administrativamente de la extracción, no requeriría estudio de impacto ambiental, con la posible configuración de una simulación”, escribieron.
Luego enumeraron efectos de la actividad de la arenera en la zona, como el movimiento de camiones en las calles del barrio, el ruido de las máquinas, la emisión de gases de combustibles, la voladura de arena, con incidencia sobre la reserva “ya que el terreno se halla lindando al área protegida y afectará en particular a las aves”.
De acuerdo al inventario del Plan de Manejo se registraron allí 117 especies de aves, tanto del monte como de los humedales, y eso equivale al 30% del total de aves identificadas en Entre Ríos. Santa Adelina es la única área natural protegida del departamento Gualeguay, creada precisamente “con el propósito de proteger las aves y la fauna en general de la región, entre muchos otros valores naturales, paisajísticos y humanos”. Por ello “carece de racionalidad autorizar la instalación de la actividad de una arenera en la zona de amortiguación”, sostuvieron los responsables.
Al mismo tiempo, informaron que la semana pasada los empresarios empezaron a depositar material de demolición en la costa del río, alambrado de por medio con la reserva, en un lugar donde, suponen, pretenden atracar barcos areneros, es decir: lo convertirán en un puerto informal.
Arias y Weber, ambos profesionales reconocidos en el medio, pertenecen a la Asociación Solidaridad, Educación y Ambiente -SEA-, que realizó con distintas instituciones de Gualeguay una campaña para reubicar las areneras, una vez constatados los daños de este sistema de extracción, particularmente en inmediaciones del puente Pellegrini. El municipio autorizó el uso del suelo en otro sitio, pero al lado de la reserva, y los vecinos entienden que las autoridades cayeron en otro error. No sólo por el área natural, sino porque los camiones pasarán por el pueblito, al lado de las casas y la escuela y romperán, de distintos modos, la armonía.
¿Dónde puede trabajar la empresa? Los vecinos sugirieron otro lugar, aguas abajo, para el acopio, pasando el arroyo Peralta, y que la extracción se realice más al sur. Reconocieron, además, que ya existen otras areneras. Pero en este caso, apuntaron que la empresa, al iniciar expedientes por separado, logró la habilitación para el acopio y empieza las obras de infraestructura sin estudios de impacto ambiental con la política de los hechos consumados, es decir: luego será difícil exigir su traslado.
“¡Qué paz, qué paz! / La tarde como un lago / se duerme en el paisaje / bajo la curva inmensa de su éxtasis”, dice Juan L. Ortiz, hijo de Puerto Ruiz. El gran poeta argentino supo ver los mensajes tenues del paisaje y cultivó el lenguaje sutil para no entorpecer, para no desafinar. La vecindad de Puerto Ruiz y de toda la ciudad de Gualeguay comprende la serenidad del lugar y los mensajes vaporosos que dio al mundo a través de la pluma de su poeta.
Ortiz destacó la melancolía de los versos de otro entrerriano, José Eduardo Seri, que dicen “La arena, sí, la arena: / limpia, dócil, morena, / junto al agua serena. / La arena, sí, la arena:/ porque es blanda y es buena/ para acostar mi pena!”.
Hay en el reclamo de Puerto Ruiz algo hondo que las empresas la municipalidad, la provincia, deberán mirar con un plus de atención porque exige sutilezas en el ríspido terreno de la economía. Compatibilizar el trabajo y la historia y el arte y el paisaje: lindo desafío para la necesaria mirada de cuenca. “El río, / y esas lilas que en él quedan... / quedan…/ No se morirán esas lilas, no?”, se pregunta Juan Ortiz.
Fuente: Análisis